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pepe-cerda

Del trepa como Mesías.

 

Ninguno de los políticos me inspira la más mínima confianza. Al contrario, creo detectar en ellos una aviesa intención, la misma que detecto en los vendedores ambulantes y en los timadores. La misma sonrisa trágica y desesperada del embaucador por necesidad, del vendedor a comisión.

Al contrario de los de antes, que entraban "en política" despues de haber ejercido alguna profesión, la mayoría de los de ahora no se ha dedicado a otra cosa que a mantenerse dentro de  su partido como políticos profesionales. Mantenerse durante años en un partido sin caer en desgracia implica necesariamente la asunción de grandísimas dosis de indignidad. Implica, como minino, astucia para  callar y esperar en silencio ladinamente (durante años) el momento para manifestarse. Implica establecer una buena política de pactos y conseguir vencer a los otros para de este modo liderar una opción vencedora. Este indigno comportamiento ha sido perfectamente asumido como normal por nuestra sociedad y una vez que el ladino consigue su objetivo: ser el líder de su partido y después ganar las elecciones; se supone que ha de comportarse como el mejor, el más noble y el más recto de entre todos nosotros para guiarnos por el buen camino.¡Vaya cambio!. Del mismo modo que los gusanos se transforman en mariposas el trepa se transforma en mesías de un día para otro.

No obstante parecen ser imprescindibles en nuestro sistema y cada cierto tiempo se ha de ir a votar. Y voy. Pero mi desesperanza es absoluta.

No quiero ser gobernado por un trepa, pero no hay opción.

No quiero ser gobernado ni por Rouco, ni por Bibiana, pero quiero que mi voto sirva para algo.

Casi nada de lo que discuten desgañitadamente entre ellos me parece relevante o importante.

Mi fe en la democracia se ve mermada cuando les escucho más de un minuto o cuando hablo cinco minutos con cualquier militante de base.

No tengo alternativa a la democracia.

Pero esto que hay no me gusta ni un pelo.

4 comentarios

Inde -

Hombre, alternativa a la democracia yo tampoco veo; pero a esta "democracia", sinceramente, sí.

Yo tampoco voto, por lo general, salvo que me dé un barrunto a última hora. Pero confío en que a esto que tenemos, un día u otro habrá que darle un barrido; y tratar de recuperar algo que, al menos, se parezca más a una democracia verdadera. Que lo que nos venden es esa palabra, "democracia", absolutamente vacía de contenido.

En realidad, los políticos no cambian tanto cuando llegan al poder o a la oposición: de hecho, manifiestan abiertamente, cuando no ganan las elecciones, que se van a dedicar los próximos cuatro años a tratar de ganar las elecciones. Lo dicen sin despeinarse porque nadie se escandaliza de tamaño fraude: oiga, si usted ha sacado un acta de diputado, o de concejal, o lo que sea, vamos, que va a tener durante cuatro años un sueldo público, se supone que usted debe trabajar para hacer algo por el país, no para hacer medrar a su partido y ganar las próximas elecciones... pero lo malo es eso, que a nadie le parece raro que se diga semejante cosa.

¿Democracia? Amos, anda...

oscar -

Completamente de acuerdo,Pepe,completamente de acuerdo.

Anónimo -

¡¡ Viva el anarquismo aragonés !!

alfonso -

Hace ahora un tiempo decidí no volver a votar. Me tuve que tragar mi decisión y fuí porque un determinado partido de aquí incitó a la abstención.
Si uno vota, sencillamente acepta ser representado, prefiero que no me represente nadie, siempre te quitan energía.