Aquí no hay nada que ver...
Era el año 1995. Entonces vivía en una casa de Kremlin Bicêtre, cerca de la Plaza de Italia de París con Jorge Gay. A Jorge le gustaba mucho el fútbol, tanto es así que escuchaba los domingos por la tarde en una radio crarraspeante y apenas audible el programa: Carrusel Deportivo, en donde iban cantando los resultados tal y como se iban produciendo. Sintonizar la emisora le llevaba no poco tiempo y cualquier vibración hacía que se perdiese la señal o que entrase cualquier emisora francesa para monumental rabieta de Jorge.
El nueve de Mayo de 1995 Jorge estaba especialmente contento. Al día siguiente el Real Zaragoza jugaba contra el Arsenal la final de la recopa en el Parque de los Príncipes de París. La ciudad estaba tomada por los hinchas de ambos equipos. Las semanas anteriores habíamos estando haciendo recados y sacando entradas para los múltiples amigos que aquél día andaban por París. Habíamos quedado con unos debajo de la pirámide del Louvre, en el hall que distribuye a los visitantes a los diferentes pabellones. Allí estábamos casi en el centro para hacernos visibles a nuestros amigos. Como en el resto de París las pandillas de hinchas pertrechados con sus bufandas y banderas con los colores de sus equipos pululaban por el amplísimo hall.
En estas; vimos salir apresuradamente a una nutrida hinchada del Zaragoza de las salas de pintura del Louvre siguiendo cuan ovejas al cabecilla mientras con su voz cantante les decía:
-Vámonos a otro sitio; que aquí no hay nada que ver...
1 comentario
Gatopardo -
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