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pepe-cerda

Del público e íntimo misterio de la creación.

Del público e íntimo misterio de la creación. La fotografía ha sido empleada para alimentar los inconfesables deseos de voyeur que todos tenemos.

Uno de los primeros géneros que se desarrolla es el erótico o mejor dicho el pornográfico (ocurre lo mismo con el cine y más recientemente con la red). En este sentido el desentrañar el lugar y el momento mágico de la creación, es decir, el artista en su taller y si es posible trabajando, ha sido una de sus primeras ocupaciones. Todos hemos visto a Monet pintando los nenúfares, a Julio Romero de Torres con Valle Inclán pintando un desnudo, a Matisse dibujando, etc. Y del mismo modo que con la pornografía el cine se ocupa prontamente de esta cuestión.
Picasso vuelve a ser el gran referente, el último artista clásico, en su caso se puede hablar de un género en exclusiva: el de Picasso trabajando o en la intimidad. Picasso ha sido filmado desde el otro lado del lienzo, dibujando con luz, modelando, comiendo, riendo. El interés en su caso es antropológico, por fin se tenía a un genio indiscutible e indiscutido al que estudiar, medir, observar, en definitiva democratizar. Y por si fuera poco él se prestaba gustoso a esto.

Algo parecido y por las mismas razones y en los mismos años, le pasa al Che Guevara y a Kennedy. Hay algo común en las imágenes del Che leyendo en sierra maestra, en las de Kennedy jugando con sus hijos en el despacho oval y en las de picasso pintando en la Californie. Las tres son desenfadadas quitando solemnidad al hecho de crear, gobernar el mundo o hacer la revolución. La publicidad ya se ha adueñado del mundo. El medio ya es el mensaje. El Concilio Vaticano Segundo permite no hacer las misas en Latín. La liturgia ha muerto y el espíritu desenfadado de la coca-cola gobierna el mundo.

El ejemplo ha sido seguido por casi todos los artistas medianamente conocidos: Pollok, con su action painting, Warhol, en su factoría, Soulages, en fin prácticamente todos los que conozco. Hay incluso fotógrafos especializados en este genero: Jean Marie del Moral, David Douglas Duncan,...Libros dedicados a los talleres de distintos artistas, etc. Incluso es muy común en artistas que empiezan el filmar videos de los talleres y fotos de ambiente de taller, que a menudo se reproducen en los catálogos. Yo mismo lo he hecho unas cuantas veces. En fin, que es un género admitido por todos.

Pero en lo que yo quiero poner el acento es en esa tramposa ostentación de alejamiento del mundo que pretende emanar casi todas las imágenes que de artistas se han filmado o fotografiado y que creo no es ajena al pudor atávico a dejar de parecer lo que los demás esperan que sea un artista.

Me explico:
Seguramente lo más alejado de un ambiente intimo es un plató en el que se filman películas pornográficas. Es necesaria la absoluta especialización de los actores para que aquello sea medianamente creíble. Y en esencia no esta pasando lo que nosotros estamos viendo sino una teatralización de lo que queremos ver. Nada es natural ni las posturas, mas dirigidas a que nosotros veamos que a que los amantes gocen, ni las situaciones, ni nada. Pero a los espectadores les vale porque lo que quieren ver filmado es su propia fantasía.

Algo ocurre de esto en las filmaciones que de artistas se han hecho y yo he visto. El artista interpreta lo que cree que debe transmitir. Es decir: concentración, catarsis, ensimismamiento y soledad.

A mí me han filmado en alguna ocasión para algún programa cultural y no se pueden ni imaginar la que se monta: Los focos, el de sonido, el regidor, el entrevistador, el chofer un amigo que anda por ahí. Un lío de cables y de cacharros por el taller y de pronto dicen: ¡Filmando! Y uno tiene que aparentar que esta solo y ensimismado. Es decir uno tiene que mentir para hacer creíble su personaje, para ser lo que los demás esperan que se sea. Lo normal es que se note un poco, o más bien un mucho el corte de la situación y que aquello sea un fiasco.

Pero en algunos casos esto no ocurre, estoy pensando en Picasso, en Barceló o en Antonio López. Son tan creíbles cuando se les ve en este trance..

Cuando Barceló se retira a Malí para encontrarse consigo mismo y alejarse de la incomoda civilización, como hizo Simón del desierto y tantos y tantos profetas,. pinta en una canoa mientras navega por el río. Lo curioso es que este intimo e idílico hecho se puede ver por la televisión. Eso quiere decir que a su alrededor hay grupos electrógenos unidades móviles etc, etc, etc,.Y él como si nada a lo suyo. Nada puede ni debe romper su ensimismamiento creativo.

Antonio López ha producido la película que sobre él hizo Erice y cuyo protagonista es un membrillo. El modo en el que el intenta captar la luz que se posa sobre la fruta es el argumento. Y el devenir de los días sobre su casa y su familia el fondo. Todo es tan real. ¿Real? ¿Es real lo que esta fotografiado o filmado? ¿Se puede llevar una vida normal mientras todo un equipo de cine filma todo lo que haces?.

No. No es real, ni normal lo que se filma, por el mero hecho de la injerencia que significa el ser filmado. Sin embargo es muy susceptible de ser creído. Esa es la cuestión. Como dice. Baudrillard se puede hablar de un asesinato generalizado de la realidad

5 comentarios

andrea -

los geis

maníasmías -

pepe, muy interesante, realmente. Se me ocurre que lo que habría que hacer sería filmar a un equipo de filmación que filma a un pintor.
Algo similar a lo que pasa en la pequeña película de Clouzot en la que se ve a Picasso pintando pero también se ven las cámaras, los cables, al propio director entrando en cuadro, dialogos de Picasso con el operador diciendole corta ahora, tengo que hacer más color (la peli era en Blanco y Negro, jeje) el operador le dice que el también tiene que cambiar de bobina porque se le está terminando y Picasso pregunta ¿cuantos segundos de película te quedan? y el operador le contesta 20 segundos y Picasso le dice Con eso tengo suficiente para terminar este cuadro!!! y así lo hacen. El operador arranca a una señal del pintor y el termina el cuadro. Es una belleza, el voyeur observado por el voyeur que observa al voyeur...

A.C. -

Bienvenido de nuevo Pepe, y enhorabuena por el gran año que te espera: CAI Luzán, Gil de la Parra, exposiciones en el extranjero, ahora también en Barbastro. Creo que tú actividad es la mejor confirmación de que no tienes toda la razón: con cámaras, con ruido, con la televisión de fondo, también se crea. O se escribe, sin más, o se pinta, sin más.

Acuérdate de la anécdota de Catalá-Roca y Miró.Éste accedió a que le fotografiase con tal de que no le molestase, que anduviese por allí como un mueble y que le hiciese las fotos sin interrumpir su faena. Las fotos son espléndidas, y es tan bonito imaginarse a Barceló en una canoa pintando rodeado de cámaras, es tan moderno y tan atrabiliario. Seguro que Rousseau el Aduanero habría sentido envidia.
Ya sabes que García Márquez decía que había que combatir el peligro de que la vida acabase pareciéndose a la mala literatura. ("Crónica de una muerte anunciada")

Me encanta que hayas regresado con tu lucidez y tu ingenio y con tu constante sentido de la provocación y del desafío. Acabarás consiguiendo que tu pintura sea tan buena como tu literatura, como el pensamiento de tu escritura. Y eso, seguro que tú lo sospechas ("tú no sospechas" que eres un gran prosista), es mucho, mucho decir. Aunque yo, que no siempre puedo seguirte en tus disquisiciones y arrebatos de entendimiento, prefiero tu pintura. Soy así de primario. O así de chimpancé.

Un abrazo. AC.

H. -

Tu aseveración sobre la intimidad de los artistas recuerda bastante al principio de incertidumbre o de indeterminación, que formuló un tal Werner Heisemberg en 1927, aunque él lo hiciera para las partículas elementales o subatómicas: el observador interfiere lo observado y cuanto más acercamiento, más precisión se busca, la interferencia es mayor. Si queremos "ver" un electrón, hay que hacerlo interactuar con alguna otra partícula, como por ejemplo un fotón. El objeto medido y el instrumento de medición tienen el mismo tamaño y una energía del mismo orden. A partir de ahí, el principio de incertidumbre: existen situaciones en el mundo subatómico en las que no es posible, ni lejanamente, conocer al mismo tiempo los valores de dos magnitudes diferentes de una partícula elemental, su posición y su momento (masa por velocidad), ya que la medición de cualquiera de ellas interfiere con nuestra capacidad de medir la otra. Si conseguimos una determinación absoluta de la posición, la indeterminación de la medición del momento es infinita, y a la inversa (entra por medio la constante de Plank). No sé por qué, pero me hace gracia la similitud entre los artistas (quizá, los artistas “mediáticos”) y electrones, protones y otros adminículos.

Gatopardo -

Ya sé que no soy muy amiga de dar referentes cinematográfios, pero hay una película de Orson Welles, llamada "Fake" que es un prodigio, sobre el desdoblamiento de la realidad y la ficción, que plantea este juego de espejos que parece envolvernos.
Lo cierto es que la realidad sin elipsis no soporta la recreación artística. La realidad puede que sea veraz y verosimil, pero no es interesante.