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pepe-cerda

Pintura y madurez

Cuando niño, veía a mi padre extender la pintura sobre el papel y el tiempo se detenía. Lo único que estaba ocurriendo en el mundo era aquello. Era magia. Sólo los mayores estaban ungidos en aquel don.

Luego, cuando uniformaron los criterios. Cuando escolar, me enseñaron a ser “idéntico” a los otros (es decir a tener “identidad”). Descubrí, desilusionado, que aquel “don”, de extender pintura no era inherente a los mayores. En realidad los mayores que se entretenían extendiendo pintura no eran, exactamente adultos.

Un poco más tarde, sin determinación, sin tomar decisión, me ví a mí mismo extendiendo pintura y experimenté lo cierto, lo de no ser adulto, lo de vivir de la caridad del prójimo, lo de no ser eficaz, lo de no tener ingresos medidos y regulares, cuan pienso compuesto en granja de cerdos. Y los demás, los idénticos, los que tenían identidad, tenían además coche, novia, trabajo, hijos y futuro. Y el conjunto de todas estas cosas: crédito. Y nosotros los de los garabatos, los saltimbanquis de su olvidada niñez, nos veíamos obligados a representar con humilde arrogancia el personaje que ellos deseaban ver.
Y de cuando en cuando, para relajarse, nos visitaban, se quitaban la corbata y nos confesaban que ellos en realidad, no son idénticos, que no tienen identidad, que nos quieren y tras tirar unas monedas, al marchar se llevaban uno de nuestros garabatos.

Y otra vez solo, como el condenado, a garabatear, a extender pintura, frenéticamente, para olvidar que nada se es, cuando no se tiene capacidad de tener crédito.

Y así pasa la vida y cuando la tele, el plasma, el móvil y el ordenador, aquí estoy yo: extendiendo pintura.

4 comentarios

Teresa -

Prefiero no tener "identidad", no tener crédito, prefiero seguir creyendo que si yo lo eligo, si es lo que yo quiero, no existe opción que me pueda hacer más feliz... y quiero seguir pensando así, aunque a veces al leerte me hagas sospechar lo contrario (a veces tengo que comportarme al leerte, como uno de esos tres monitos, que se tapaba las orejas)
besos

carmelo -

Me ha encantado que vuelvas de nuevo contando cosas.Es un verdadero placer leerte.

Gatopardo -

pintura o palabras nos individualizan y nos enfrentan a nuestra alteridad...

Luis Augusto -

¡Hombre!,si fueras uno de los cienes y cienes de artistas desconocidos y con escasísimas posibilidades de aflorar a la superficie entendería la queja mejor,pero tú hace mucho que vuelas alto y estás más que reconocido aquí y allende los Pirineos.
Ahora bien,si es una defensa corporativa del artista entonces vale.
En cualquier caso,estoy feliz de que nos vuelvas a regalar tus reflexiones.Ayer mismo una lectora tuya del centro de Europa me decía que le "fastidiaba" un montón no poder leerte más.
Este post tuyo va a dar una alegría a más de uno.
Gusto de encontrarte de nuevo.