Tarde de exposiciones.
Tarde de exposiciones.
Primero Aureliano de Beruete en el Museo Camón Aznar. Exposición con cuadros muy notables, como los de las cumbres del Junfrau y el que nos tienen censurado en el Museo de Zaragoza. La huerta del tío Pichichi. Nadie ha sabido emplear los verdes como él.
Después me acerqué al centro comercial que le ha quitado un par de carriles a la Plaza de España sin que nadie halla dicho ni pío, el de la Puerta Cinegia, a ver las tan controvertidas exposiciones de En la Frontera.
Y la verdad es que a mí, en su conjunto, me han gustado. Y es que ya se decía en el franquismo: Hay que viajar más y leer menos la prensa .
Me ha gustado un tipo con bastón que recitaba maravillosamente en Poesía del instante; Me ha gustado el sitio y la exposición La belleza de la oscuridad con piezas que me acompañaron algunas noches en el Modo del desaparecido:Paul Blanca, hoy en la colección de Rafael Tous. Me han gustado los cuadros de María Buil, pero esto ya es sabido por todo el mundo...Pero lo que más me ha gustado ha sido el aire que se respiraba en los locales aún sin acondicionar para su uso comercial, como estaban llenos de desconocidos, para mí, jóvenes creadores o gentes que deambulaban sintiéndose por un rato en otro sitio. Y es que un local sin acondicionar es un lugar sin intención, sin decoración (que es la enemiga de las artes), en donde el objeto, o el ser allí presente cobra una especialísima presencia. Estos espacios me han transportado a otros sitios, a Les Réfrigérateurs o Les Ussines Efeméres en París, por ejemplo, y a otros muchos otros sitios parecidos. Como en un viaje teletransportado.
Se ha dicho que la propuesta no es original. ¡Pues claro que no!; ¡como lo va a ser!. Lleva sin ocurrir algo original en las artes más de cincuenta años y a mí me parece que está mejor así. Las exposiciones son una suerte de neoliturgias en donde siempre (en el mejor de los casos) pasa lo mismo. Y es precisamente en esa cotidianeidad previsible en dónde surge lo no previsto, lo olvidado.
Primero Aureliano de Beruete en el Museo Camón Aznar. Exposición con cuadros muy notables, como los de las cumbres del Junfrau y el que nos tienen censurado en el Museo de Zaragoza. La huerta del tío Pichichi. Nadie ha sabido emplear los verdes como él.
Después me acerqué al centro comercial que le ha quitado un par de carriles a la Plaza de España sin que nadie halla dicho ni pío, el de la Puerta Cinegia, a ver las tan controvertidas exposiciones de En la Frontera.
Y la verdad es que a mí, en su conjunto, me han gustado. Y es que ya se decía en el franquismo: Hay que viajar más y leer menos la prensa .
Me ha gustado un tipo con bastón que recitaba maravillosamente en Poesía del instante; Me ha gustado el sitio y la exposición La belleza de la oscuridad con piezas que me acompañaron algunas noches en el Modo del desaparecido:Paul Blanca, hoy en la colección de Rafael Tous. Me han gustado los cuadros de María Buil, pero esto ya es sabido por todo el mundo...Pero lo que más me ha gustado ha sido el aire que se respiraba en los locales aún sin acondicionar para su uso comercial, como estaban llenos de desconocidos, para mí, jóvenes creadores o gentes que deambulaban sintiéndose por un rato en otro sitio. Y es que un local sin acondicionar es un lugar sin intención, sin decoración (que es la enemiga de las artes), en donde el objeto, o el ser allí presente cobra una especialísima presencia. Estos espacios me han transportado a otros sitios, a Les Réfrigérateurs o Les Ussines Efeméres en París, por ejemplo, y a otros muchos otros sitios parecidos. Como en un viaje teletransportado.
Se ha dicho que la propuesta no es original. ¡Pues claro que no!; ¡como lo va a ser!. Lleva sin ocurrir algo original en las artes más de cincuenta años y a mí me parece que está mejor así. Las exposiciones son una suerte de neoliturgias en donde siempre (en el mejor de los casos) pasa lo mismo. Y es precisamente en esa cotidianeidad previsible en dónde surge lo no previsto, lo olvidado.
7 comentarios
Vicky again -
Pues te intentaba contar lo contenta que estoy con el resultado de Poesía del instante.
El tipo que decías recitaba maravillosamente, bastón en mano, es Chema Novoa, y recuerda al Piyayo, aquello de "A chufla lo toma la gente,
y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente".
Este proyecto de cientos de mini entrevistas ha salido mejor aún de lo que yo pensaba:gente de la calle, niños, abuelos, poetas, diseñadores, pescateros, cupletistas, cantantes, fruteras, escritores, políticos, actores, hilanderas, artesanos,camareros,gente conocida, desconocida,..., todos recitando poesía, recordando aquellos versos aprendidos de carrerilla en el colegio, o tantas veces leídos por amados.
Lorca, Machado, Benedetti, Whitman, Bécquer, Bukowski, Gil de Biedma, poesía popular, inventada para la ocasión, en un instante,...
Como curiosidad: variedad de idiomas y nacionalidades, alemanes, argentinos, colombianos, portugueses, brasileños, rumanos,...
Y los más recordados, Lorca y Bécquer.¿Esto es poesía? ¿y tú me lo preguntas?...
Lo dicho, una gozada.
Vicky Calavia -
m ; ) -
Teresa -
Será cuestión de volver a intentarlo.
Cómo es posible, que preguntan el mes en el que estamos aquí abajo, y no me acordaba!
en fin, saludos.
Anónimo -
El espacio que le quita Puerta Cinegia a la calzada de la Plaza de España es de un carril. El tramo del Coso que va hasta la calle Alfonso tiene ahora solo un carril por cada sentido, ya que se han ensanchado las aceras. Sería muy complicado pasar de tres carriles a uno si no quitara el parking un carril.
Las exposiciones de Puerta Cinegia parece que quieran nacer de las entrañas del edificio en sí. Hay algunas interesantes como la de María Buil y la Belleza en la oscuridad. Los frigoríficos de la plaza de España con pintadas me han parecido una tomadura de pelo (aún se puede ver alguna caja blanca pintarrajeada con un carrito del Ikea encima a modo de... ¿arte?)
(o tr o)
miguel -
Anónimo -
Lo de "En la frontera" ¿qué es?. ¿He creído entender que han montado exposiciones en los locales vacíos del espanto ése de la puerta cojoncia? (en efecto, lo de la comida de carriles no tiene nombre). Si es así no me parece que tenga mucho que ver con la tradicional recuperación de espacios de barrios degradados para apoyo de jóvenes creadores, tan tradicional en algunas capitales europeas (el mejor ejemplo: Kreutzberg en Berlín).
Cuánto talento infrautilizado, qué duro es darse cabezazos contra un muro, en pensando en Zaragoza y Pintura, me quemo vivo.
(io)