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pepe-cerda

Arte y vida

Arte y vida En esta cultura del analgésico en la que vivimos todo lo que no es saludable debe esconderse, no sea que nos comencemos a plantear la futilidad de todo esto y empecemos a gastarnos los planes de pensiones.
Por esto ha sido excepcional la visión de la agonía en directo del último gran príncipe, el Príncipe de la iglesia, nuestro Papa.
La foto, desde el punto de vista plástico, es impresionante, a la altura del Inocencio X de Velázquez, de los mejores Francis Bacon, del mejor Munch, y además lo que vemos es real, no figurado, como en el caso del arte.
Esta imagen es uno de los mejores retratos, de la muerte y del príncipe, que se han hecho jamás. Algo parecido, como imagen, a la capilla sixtina del arte conceptual, las imágenes del atentado contra las torres gemelas. Ambas, además de trágicas y de gran belleza plástica, estaban ocurriendo cuando las vimos. Ello hace que su potencia, ya por sí misma colosal, se amplifique conceptualmente.
Esto hace plantearme, una vez más, la vigencia de la pintura como vehículo capaz de transmitir emociones, vistas o soñadas; concretas o inconcretas. Y al tiempo no puedo apartar la vista de esta foto.

12 comentarios

Anónimo -

"...y además lo que vemos es real, no figurado, como en el caso del arte." ¿Qué es más "real", lo que llamamos realidad o el arte?. ¿Qué es la "realidad"?. Disculpa el misticismo que me invade, pero no encuentro sentido a esa frase de tu entrada. (io)

Anónimo -

Con la única salvedad de que su propósito no es precisamente artístico. Seguramente mayor expresividad que las imágenes de Auschwitz no sea posible, pero la pintura es OTRA COSA. Y no me vengáis con lo de que el arte lo construye la mirada del espectador, porque entonces definitivamente os tenéis que hacer curators, que os ganaríais la vida mucho mejor, vendiendo humo con la palabrería más hueca que se os pudiera ocurrir, hablando del fin del arte y de todas esas gilipolleces.
(io)

Cide -

Totalmente de acuerdo con Pepe. Las imágenes como ésta o la de las torres gemelas encierran una expresividad difícil de conseguir de otro modo.

Nicolás -

Las palabras construyen la realidad: ¿"nuestro Papa", dices? Obviamente, hablas por ti y por los tuyos. No es el mío.
Y poco más puedo añadir ya a lo que se ha comentado más arriba... resulta escandaloso que esta agonía y muerte ocupe tanto lugar en los llamados "medios de comunicación", mientras que la agonía y muerte de, por ejemplo, todos los que mueren de hambre, no ocupe ya ni un segundo. Por eso, y para no seguir contribuyendo a ese escándalo, ya me callo.

mena -

Juan Pablo I fue muy discreto, incluso para morirse.
Todo el mundo no es igual, claro.

Anónimo -

Desde la aparición de la fotografía la pintura se emancipa de su función de retratista literal de los acontecimientos cotidianos más o menos relevantes, permitiendo a los artistas explorar nuevas fórmulas de expresión de la realidad profunda, no epitelial. Así, los papas de Bacon no pretenden tener una función ilustrativa, sino que se centran en la mera potencia de la imagen pictórica, despojada de anécdota. Si un pintor pretendiera hoy representar la agonía del Papa estaría seguramente errando el tiro, pero eso no quiere decir que la pintura no siga siendo una disciplina válida para comunicar lo más profundo de nuestra existencia. Pero para eso, como siempre ha sido, hace falta talento...
(io)

Mariano Ibeas -

Humano, demasiado humano, tal vez para la capacidad de digerir que tenemos; obsceno, demasiado obsceno dentro de lo políticamente correcto que se lleva y tal vez una lección memorable, un hombre, uno más en el punto de mira de la muerte.
Mariano Ibeas

Delfín -

La imagen es formidable. El contenido, penoso. Pero hoy en día, en el dilema entre ética y estética, siempre aparece un tercer factor que tiene más peso que ambas: la rentabilidad mediática. O la morbosidad, si se prefiere.

Este sensacionalismo es en algún aspecto bastante católico. De tradición barroca y contrarreformista. Transmite la apología del sufrimiento, el sentido escatológico de la muerte, la idea del martirio como mérito. Si el Vaticano y el propio Papa lo han querido mostrar así, según parece, que no nos pidan compasión. Pero si además se está cayendo en la vulgar competencia propagandística para ocupar pantallas y horas de emisión, esto no tiene -por decirlo en su lenguaje- perdón de Dios.

Marcel·lí -

El papa se muere:
Los medios suben sus cuotas de audiencia y venta gracias a que la gente se interesa para ver cuándo definitivamente "traspasa" y para la iglesia supone una gran publicidad gratis.

Luis -

Qué razón tienes!! Acaso no es digna la enfermedad, el sufrimiento y la muerte.

María -

Me indigna el tratamiento informativo que se le está dando a los últimos días del Papa. Ese casi regodeo retratando la infame condición de nuestro barro.

El Papa se muere, como millones de personas mueren cada día sin que nadie les preste ninguna atención. Pero el Papa se muere encuadrado por el objetivo de una cámara, rodeado de médicos especialistas, de la plana mayor de la Iglesia católica, de millones de feligreses. Otros mueren en la más absoluta soledad, en la más absoluta miseria. Y supongo que ellos también son hijos de Dios. Aunque quizá sean en realidad los hijos putativos de Dios.

Teresa -

la muerte tiene que ser muy parecida a ese gesto... tienes razón, la foto es algo hipnótica, pero no logro conmoverme por este anciano, por mucho que lo intente.