Saeta

De pronto desde un balcón cercano a la imagen tallada del cristo un hombre calvo desgañita una saeta. Son las tres de la mañana. Calle del Sepulcro número veintiséis. Dos centenares de personas mudas observan con los oídos. El tiempo se ha detenido. El silencio sobre el que fluye la saeta es estremecedor. Los capirotes apuntan a la luna llena, meciéndola, parapanpam, parapampan, parapampam.....
Así es y así ha sido desde siempre, y así será.
8 comentarios
Teresa -
pepe -
nacho -
Anónimo -
Nicolás -
Anónimo -
cartujo -
junior -