Dar que hablar
El Hamlet posmoderno debiera decir: Dar, o no dar que hablar..., he ahí el dilema.... En eso consiste el ser o la existencia desde el punto de vista del marketing, o mercadotecnia, o mejor, de la gramática parda, que es como se ha llamado de toda la vida.
Sólo se existe realmente (luego, paradójicamente, virtualmente, que es como se es ahora en este loco mundo) cuando los demás hablan de uno o de la marca que enmascare su producto.
Vendo luego existo. Lo que pasa es que en esto de las Artes la cosa no está tan clara. Uno de los insultos más terribles es que te digan que haces pintura o literatura, comercial. Lo paradójico es que lo único que sustenta el arte en este neoliberalismo es, precisamente, el mercado. Y que es, esencialmente, la pintura no comercial la que más altos precios alcanza. Algún día reflexionaré sobre esto, pero ahora a lo que vamos.
En mi mundo es muy común escuchar:
-¿Qué es de fulano?, hace tiempo que no se oye nada de el...
Esta frase, si no tiene respuesta inmediata y repetida en los cenáculos adecuados puede acabar con la carrera del más pintado.
Goebbels y Dalí, cada uno en su estilo, fueron dos depurados maestros del arte de dar que hablar, pero desde entonces ha llovido mucho. Ahora el modo más eficaz para que hablen de uno es el silencio. El silencio ensordecedor, claro está, el otro silencio, el del olvido, es la peor de las maldiciones. En esto Picasso fue también un pionero, nada más sobredimensionado que el mutismo de Picasso, pero claro, con tanto hagiógrafo para que se va a molestar el en piar, además cuando se manifestó fue para cagarla (su dibujo de felicitación a Stalin, su tonta obra de teatroel deseo agarrado por la cola, incrédulos consulten: Habla Picasso, Parmelin, Ed. Gustavo Gili, 1968).
Cuanto más callado está uno pues mejor. Callado pero dando que hablar, insisto. Callado de este modo está Manolo Blahnik, mientras sus zapatos son objeto de culto fetichista en todo el mundo; callado está Salinger mientras se reedita una y otra vez su Guardian entre el centeno ( libro al que yo no le termino de encontrar la gracia, en su estilo me gusta más Martín Vigil). Callado estuvo Duchamp...y callados están los sabios en general.
Pintor pinta y calla.
Sólo se existe realmente (luego, paradójicamente, virtualmente, que es como se es ahora en este loco mundo) cuando los demás hablan de uno o de la marca que enmascare su producto.
Vendo luego existo. Lo que pasa es que en esto de las Artes la cosa no está tan clara. Uno de los insultos más terribles es que te digan que haces pintura o literatura, comercial. Lo paradójico es que lo único que sustenta el arte en este neoliberalismo es, precisamente, el mercado. Y que es, esencialmente, la pintura no comercial la que más altos precios alcanza. Algún día reflexionaré sobre esto, pero ahora a lo que vamos.
En mi mundo es muy común escuchar:
-¿Qué es de fulano?, hace tiempo que no se oye nada de el...
Esta frase, si no tiene respuesta inmediata y repetida en los cenáculos adecuados puede acabar con la carrera del más pintado.
Goebbels y Dalí, cada uno en su estilo, fueron dos depurados maestros del arte de dar que hablar, pero desde entonces ha llovido mucho. Ahora el modo más eficaz para que hablen de uno es el silencio. El silencio ensordecedor, claro está, el otro silencio, el del olvido, es la peor de las maldiciones. En esto Picasso fue también un pionero, nada más sobredimensionado que el mutismo de Picasso, pero claro, con tanto hagiógrafo para que se va a molestar el en piar, además cuando se manifestó fue para cagarla (su dibujo de felicitación a Stalin, su tonta obra de teatroel deseo agarrado por la cola, incrédulos consulten: Habla Picasso, Parmelin, Ed. Gustavo Gili, 1968).
Cuanto más callado está uno pues mejor. Callado pero dando que hablar, insisto. Callado de este modo está Manolo Blahnik, mientras sus zapatos son objeto de culto fetichista en todo el mundo; callado está Salinger mientras se reedita una y otra vez su Guardian entre el centeno ( libro al que yo no le termino de encontrar la gracia, en su estilo me gusta más Martín Vigil). Callado estuvo Duchamp...y callados están los sabios en general.
Pintor pinta y calla.
13 comentarios
vicente alba -
Cristina -
Desde que nos vimos en Madrid me quedé con ganas de "visitar" tu blog. Hoy, por fin, he podido hacerlo gracias a un merecidísimo descanso que "la chispa de la vida" me ha regalado en esta mañana de trabajo. GE-NIAL!
Un beso muy fuerte y otro para Ana.
Anónimo -
Por otro lado, ¿qué más nos da?. Personalmente me importa poco si Picasso trataba bien o mal a sus mujeres o era un agarrado cone el dinero(bodrios tipo "Surviving Picasso")o si Francis Bacon era bebedor y le gustaban los descargadores de muelles (también se hizo película-bodrio con Sir Derek Jacobi en el papel del irlandés). Lo único que me interesa es su obra, lo demás, además de incontrastable,corre el peligro de caer en el rollo mistificador (en este sentido, la "obra cumbre" sería la peli sobre Basquiat de Schnabel). Claro que para tópicos en el cine sobre el malditismo del pintor atormentado nada como revisar el primer capítulo de Historias de N.Y., el que dirigió Scorsese con Nick Nolte. Que no me van a convencer, hombre,¡que todos ésos iban al baño como tú y como yo!. Cuánto daño nos ha hecho el romanticismo (y en general todos los ismos).(io)
Juan -
Luis Augusto -
Pepe -
Me límito a contar las cosas tal y como las veo.
Nicolás -
Miguel -
mena -
Pepe -
!Viva la red!.
Un abrazo y disculpa.
Anónimo -
Pepe -
Anónimo -