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pepe-cerda

Nada que decir

Hace unos días que no tengo nada que contar, y mucho que hacer. Eso de contar, en mi caso, tiene mucho que ver con eludir mis verdaderos deberes, y ya va siendo hora de que deje de escabullirme. Como han venido leyendo hasta ahora Dios no me ha llamado por el camino de la literatura, quizás tampoco por el de la pintura, pero de esto último tengo una licencia fiscal, y a ello parece que me dedico.
Lo de intentar pintar y conformar cuadros decentes, es una muy ardua tarea, que, créanme, le deja a uno para el arrastre, y generalmente de muy mala leche. Ocurre con casi todo lo susceptible de ser un entretenimiento: con la música, con el deporte, con el sexo, con la literatura; todas estas cosas son agradables pasatiempos cuando se practican por afición y autenticas torturas cuando se ejercen como profesión. Así ha de ser.
No obstante sé, que si resisto lo suficiente, que si persevero, cuando ya esté a punto de abandonar, entonces y sólo entonces algo saldrá. Saldrá lo que ello quiera, no lo que yo desee, pero seguro que llegamos a un acuerdo entre ello y yo, o eso espero.
Por esto los grandes artistas no dejaban jamás de trabajar y lo hacían de un modo obsesivo. Para no tener que enfrentarse con la aguda crisis de volver a aprenderlo todo, de volver a dudar de todo.

2 comentarios

Teresa -

para no tener nada que decir, dices tanto...

ajci37 -

"sin prisa, pero sin pausa, como el astro" que decia Goethe... así que ya sabes, la perseverancia es la base del éxito... para todo, Pepe, para todo... !animo!