Exito
Cuando pienso en la fragilidad de la estructura que nos sustenta, a los no sometidos a orden funcionarial, me aterro. Que fácil es perder pie y dejar de ser. Para ser en el primer mundo hay que tener : una saneada fuente de ingresos, buena salud, buen humor y ,a ser posible, ocupar un puesto razonable en la escala social. Cuando uno de estos aspectos falla, se suele resentir el aspecto siguiente, que empuja al siguiente y así, en un plis plas, como las fichas de dominó, se te va todo al garete.
Yo he sido dos o tres veces pobre, pero como era joven y artista se me perdonaba. Cuando se es joven se tiene crédito por el mero hecho de tener vida que gastar. Pero, ¡ay!, de aquel que tenga la desgracia de que la estructura se le rompa en la madurez.
Conozco decenas de casos, seguro que ustedes también. Las nuevas tecnologías dejaron en la calle a miles de profesionales, que ya no tuvieron tiempo de reubicarse. Por ahí andan, paseando por los parques con el traje de hace diez años y asistiendo a cursos del INEM, en el mejor de los casos, y directamente mendigando en el peor.
Esto es el liberalismo económico, así es, que le vamos a hacer.
En el mundo de la farándula, y en España, la cosa es aún más terrible. Si se tiene, eso que se llama,éxito. (lograr un papel de protagonista, en el caso de un actor, una gran exposición en un reputado museo, en el caso de un pintor...) pues resulta que como el éxito en este país no es como el americano, que te saca para siempre de la pobreza, apenas te da para quitarte los nervios una temporadita. Esto te obliga a tener éxito todos y cada uno de los meses de tu vida, cosa, dificilísima e improbable. Fernando Fernán Gómez, hombre de inconmensurable talento, lo cuenta muy bien en sus memorias, dice: Yo llevo teniendoéxito desde que tengo uso de razón, y apenas da para los taxis y para invitar a comer a los amigos; el éxito en este país es una birria.
Esto obliga a estar en perfecto estado de forma psicofísca permanentemente. Y a nada que te despistas te caes de la bicicleta y te pasan todos por encima. Para gran chanza y regocijo de los colegas y espectadores funcionarios.
-Si ya se lo decía yo. ¿Pero quien se había creído que era?.
La solución es tener fe y no volver a pensar en esto. La providencia nos guía y todo está escrito.
¡Salud!
Yo he sido dos o tres veces pobre, pero como era joven y artista se me perdonaba. Cuando se es joven se tiene crédito por el mero hecho de tener vida que gastar. Pero, ¡ay!, de aquel que tenga la desgracia de que la estructura se le rompa en la madurez.
Conozco decenas de casos, seguro que ustedes también. Las nuevas tecnologías dejaron en la calle a miles de profesionales, que ya no tuvieron tiempo de reubicarse. Por ahí andan, paseando por los parques con el traje de hace diez años y asistiendo a cursos del INEM, en el mejor de los casos, y directamente mendigando en el peor.
Esto es el liberalismo económico, así es, que le vamos a hacer.
En el mundo de la farándula, y en España, la cosa es aún más terrible. Si se tiene, eso que se llama,éxito. (lograr un papel de protagonista, en el caso de un actor, una gran exposición en un reputado museo, en el caso de un pintor...) pues resulta que como el éxito en este país no es como el americano, que te saca para siempre de la pobreza, apenas te da para quitarte los nervios una temporadita. Esto te obliga a tener éxito todos y cada uno de los meses de tu vida, cosa, dificilísima e improbable. Fernando Fernán Gómez, hombre de inconmensurable talento, lo cuenta muy bien en sus memorias, dice: Yo llevo teniendoéxito desde que tengo uso de razón, y apenas da para los taxis y para invitar a comer a los amigos; el éxito en este país es una birria.
Esto obliga a estar en perfecto estado de forma psicofísca permanentemente. Y a nada que te despistas te caes de la bicicleta y te pasan todos por encima. Para gran chanza y regocijo de los colegas y espectadores funcionarios.
-Si ya se lo decía yo. ¿Pero quien se había creído que era?.
La solución es tener fe y no volver a pensar en esto. La providencia nos guía y todo está escrito.
¡Salud!
2 comentarios
Javier -
Nicolás -
me recuerda a otra frase, que también define muy bien la vida cotidiana en una dictadura: usted no sabe con quién está hablando.