Blogia
pepe-cerda

Zaragoza

Zaragoza Zaragoza.
Tras este viaje relámpago a Paris, he recordado que el origen tiene una propiedad elástica. Viene a ser como pillarte los tirantes con una puerta, cuanto más te esfuerzas en alejarte, más rápido vuelves al punto de partida cuando te relajas. No importa donde te vayas, volver es siempre brusco y agradable, otra cosa es que sea conveniente, y otra cosa distinta es que haya que hacer “lo conveniente” obligatoriamente.
Nada más llegar, al consultar mi Mail, he descubierto que he sido suspendido en un examen al que ni siquiera tenía conciencia de haberme presentado. Yo he sido siempre alérgico a todo concurso, de más joven me presentaba porque no había otro remedio, pero desde que me lo puedo permitir, pues no. Resulta que los de la Fundación Norte me habían propuesto que preparase un proyecto expositivo. Yo les explique que yo, preparar, lo que se dice preparar, no había preparado ni mi primera comunión, pero que se me ocurría, que quizás estuviese bien organizar una exposición con los “inclasificables” y un poquito olvidados. Pensé en Gregorio Millas, gran dibujante, en Antonio Cásedas, en José Maria Ruiz Montserrat, en Mayayo, y mezclarlos con otros más jóvenes como, María Buil o Alvaro Diaz Palacio, así se lo hice saber, y ya está.
Bueno pues resulta que ha habido un concurso, que han venido unos “especialistas”, por supuesto de fuera, y han dicho: (reproduzco textualmente el Mail)


“Reunido el jurado toma por mayoría simple la siguiente decisión:
Declarar desierta la convocatoria Proyectos Expositivos 2004 porque los
trabajos presentados no se ajustan al espíritu de la misma o no alcanzan
la calidad con la que la Fundación Norte quiere aparecer por primera
vez ante Zaragoza y el resto de España.”

Zaragoza 30 de Noviembre de 2004.

Yo que pensaba que estaba respondiendo a una consulta de unos amigos y resulta que me estaba presentando a un examen. No voy a aprender nunca. Me ha recordado a esa jota que dice: Mírala por donde viene, la tonta de los cojones, que me ha dado calabazas, sin pedirle relaciones. Y yo me he dicho: No hay duda, otra vez estoy en casa.
Luego he ido al despacho de Pérez Latorre a llevarle un libro que le he traído de París y después a cenar en Casa Emilio con los amigotes: con Felix, con Cristina, con Ismael, con Eva, con Mariano; y que bien. Eso de que te conozcan de toda la vida y que se alegren de verte, no tiene precio.

1 comentario

Anónimo -

Por qué será?? A vosotros siempre se os ve sentados a una buena mesa.