Blogia
pepe-cerda

Del espejo en el que mirarse.

Me pasa con frecuencia. Me cruzo con ellos a menudo. Algo en ellos me resulta familiar pero no sé qué. Esos andares, quizás. El porte, tal vez. El caso es que a esos cincuentones les conozco de algo. No me atrevo a saludarles por algo que me pasó en Madrid al poco de irme a vivir allí, allá por los ochenta y que me traumatizó.

 

Resulta que yo entonces, como todos los de Huesca era muy saludador y más “mirao que un luto”. Eran los primeros días de mi estancia en la capital. Estaba en una cafetería del centro esperando a alguien. Enfrente de mí había un señor leyendo el periódico. Distraídamente comencé a observarlo y resultó que le conocía, y mucho pero no sabía de qué. Me esforzaba en hacer memoria pero no había manera de reconocerle. El caso es que me era muy familiar, como de verle todos los días, como si fuese el panadero, o el camarero de un bar que se frecuenta. Lo conocía quizás de Huesca, del verano. Me armé de valor y me dirigí hacía él y le dije:

 

-Buenos días. Soy Pepe Cerdá de Zaragoza. Estoy seguro de que nos conocemos pero ahora mismo no caigo de qué.

 

Él mirándome con gravedad pero con dulzura me respondió.

 

-Usted a mí es muy probable que me conozca. Soy el presentador del telediario.

 

Me sentí un auténtico paleto, que por otra parte es lo que era, y soy. Desde entonces procuro no saludar a los desconocidos aunque me suenen como estos que últimamente me cruzo por la calle en Zaragoza.

 

A estos de Zaragoza pasado un rato les reconozco y cuándo lo hago algo me muerde en el alma y siento el paso del tiempo de un modo absolutamente físico. Esos cincuentones con papada y tripa. Esos cincuentones medio calvos son mis compañeros de los varios colegios en los que estuve en mi niñez y adolescencia. Reconozco a Rodrigalvárez, a Casero, a García Peláez, a Modrego, a Galán, pero desdibujados, amplificados, deformados y cansados; muy cansados. Son el espejo dónde mirarme y constatar que el paso del tiempo no es ninguna broma.

3 comentarios

Vailima -

jajajajaja, que me muero de la risa y perdona el atrevimiento pero es que es tan humano lo que cuentas...
Tio Petros y yo nos estamos todavía riendo.
un saludo

Anonimo -

A mi me pasa lo mismo y además me sorprendo hablando de gente "mayor" porque tiene cincuenta ¡y yo nací en el 61!
Un saludo

LuisPI -

No somos, estamos. No somos abogados o periodistas, hacemos de...
No somos de..., nacemos en... ¿Entiende?

El confundir el ser con el estar es un defecto
típicamente occidental.

¿Somos como nos comportamos.?
No es verdad, te comportas como crees que eres y debes preguntarte si quieres comportarte así. Si no hablamos tal como sentimos,
acabamos sintiendo tal como hablamos.
Los miedosos hablan con chulería y acaban
siendo eso.