De los chulazos y sus pupilas.
Mientras el sistema crediticio mundial se hunde, Damian Hirst sale airoso del órdago que lanzó a los marchantes y galeristas de todo el mundo que le chuleaban y demuestra, de paso, que no tienen ni media hostia.
A mi manera ya hace años que lo hago. Un galerista grandón ya me dijo hace un par de lustros que si vendía cuadros directamente se vería obligado a informar a la asociación de galeristas española y que me atuviese a las consecuencias. Yo, que soy un chico de barrio, le respondí preguntándole que si sabía hacer mamografías y en caso afirmativo le dije que me fuese haciendo una. Y hasta hoy. Que resulta que vivo de eso de los cuadros sin problemas y menos por parte del operativo galerístico. No tengo ningún problema en exponer con las galerías que me acepten tal y como soy y que les interese mi trabajo; y que a mí me guste como son ellas y su trayectoria expositiva, claro está. Pero de obligaciones cero pelotero.
2 comentarios
jcuartero -
Sobre la maldad de los galeristas leí este verano un libro de Tom Mcarthy, que se titula "Tintin y el secreto de la literatura", en el que analizan "Tintin y el Arte Alfa". Tintin y el Arte Alfa" esta basado en el escándalo real del galerista Fernand Fegros, que fue condenado por fraude en 1978. Legros en la aventura de Tintin se llama Endaddine Akass y se dedica a chantajear a artistas y otros galeristas para conseguir certificados de autenticidad falsos galeristas. Macarthy suelta la siguiente perla "Akass liquida a dos galerisas cuando rehúsan firmale unos certificados de autenticidad falsos (la escena de toda la obra de Hergé menos plausible, todo el mundo sabe que es más creíble hablar con elefantes como en "Tintín en el Congo", o ser salvado innumerables veces por un perro que encontrar dos marchantes honrados en la misma ciudad"
Seguiremos la subasta por la página de Sothebys´s, un abrazo
Anónimo -