Hace diez años.
Creo que Mario Conde no hizo nada que otros no hubiesen hecho antes impunemente, y que otros han hecho después. La diferencia entre él y los demás, aparte de que se lo hicieron pagar, es que él tenía una (insultante en nuestro país) fe ciega en sí mismo y sus capacidades.
Leí, hace tiempo, el libro que publicó (El sistema) en el que se queja de la excesiva injerencia de lo público (lo político) en lo privado (el individuo). Yo en esto estoy moderadamente de acuerdo con él. Pero somos muy pocos los que lo vemos así. El estado sólo escucha a los grupos organizados, las asociaciones o colectivos, y desconfía y maltrata a las voces de los individuos.
En cuanto a lo de enriquecerse...Todo es relativo. Me recuerda a un amigo abogado que defendió a unos ciudadanos acusados de estafa con el argumento de que “ no eran otra cosa sino burgueses impacientes”.
En cualquier caso sospecho que aquella batalla, la de Mario Conde y otros poderes, se libró por encima del estado y de sus leyes. Y sólo después, tras la derrota de Mario Conde trascendió, convenientemente sesgada y filtrada, a la opinión publicada y se le aplicó la normativa vigente. El contraataque de M.C. a través de su libro y la revista que publicó por aquél entonces estaba muy medido y autocensurado. Más para advertir, para amagar, lo que podía decir que para decir explícitamente.
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