Blogia
pepe-cerda

De las gentes y de los idiomas.

Cuando estaba en la Casa de Velázquez de Madrid, hace ahora veinte años, ¡qué barbaridad!, recibí, en calidad de único becario español, al nuevo secretario para la sección artística de la casa. El hecho de recibirle en mi país llevaba implícita, al menos así lo sentía yo, una cierta obligación de ejercer de "cicerone" . Venía de ser el agregado cultural de la embajada de Francia en Brasil y hablaba un correcto castellano con un fuerte acento ya que hacía un lustro había pasado unos años en España trabajando para la Alianza Francesa. Al contrario del hispanista chino que recibió a Ismael Grasa en Nanking, China, cuando fue a trabajar de lector de Español en la Universidad, que con un correcto, pero anticuado castellano le dijo:“-Hágame el favor de tomar asiento vuestra merced.” , al contrario, digo, mi agregado cultural francés se había preocupado de aprender los neologismos al uso de finales de los ochenta y me dijo con un acento tremendo: “¿Vamos a haceg la movida, y luego iguemos a la coguida?”.“-Vamos primero a comer y luego ya veremos”, le dije yo.

 

Le llevé a una estupenda casa de comidas por Argüelles que yo frecuentaba entonces; de esas de mantel de cuadros rojos y blancos, botella de gaseosa en el centro, y orondo camarero con lápiz en la oreja y mandil. Mi agregado iba vestido con un traje típicamente francés, es decir de una talla menos de la que se necesita, la chaqueta un poco corta y entallada y con los pantalones dejando ver unos calcetines de color chillón, que hacían juego con el color de la corbata y con el pañuelo de bolsillo, cosa que me permitió deducir que seguro que también harían juego con los calzoncillos, pero de esto no tengo ninguna prueba.

 

El orondo camarero comenzó a cantar los platos que nos ofrecía:

 

-De primero tenemos: sopa de cocido, patas riojana, lentejas, ensalada ilustrada, chipirón...

 

En estas le interrumpe mi agregado francés.

 

-¿Pegdón, el chipigón es atlántico o mediterráneo?

 

El camarero dirigiéndose a la cocinera:

 

-¡María, que de dónde son los chipirones!

- D´ande van a ser atontao, ¡ de lata !.

- De lata señor.

- D´acord.

 

El camarero prosigue.

 

-De segundo tenemos: Bacalao rebozao, pescadilla, huevos fritos con chorizo, entrecot de ternera...

-Pegdón, ¿la tegnega es gallega, o castegana?.

- Creo que congelada. Prosigo: callos a la madrileña, mollejas con arroz y paella mixta.

 

El camarero se queda expectante con el lápiz en la mano apuntando a la libreta. Mi agregado mueve los labios ostentosamente para evidenciar que esta pensando sobre los platos. Pasan unos interminables segundos. El camarero pone cada vez peor cara.

 

- Creo que elegiré primego el vino. ¿Me traerá la cagta de vinos por favor?

 

El camarero sin ocultar, por el tono de su voz, la inflamación de gónadas.

 

-Me la sé de memoria

-Dígame pues.

-Hay blanco y tinto.

 

Tuve que hacer un gran esfuerzo para no soltar la carcajada que como un vómito me venía desde el estómago. Mi amigo el agregado se quedó con cara de no comprender nada. Yo pedí por los dos y nos trajeron una jarra de un honesto vino de Valdepeñas, de esos que por aquí llamamos “vino morro negro”, por el violáceo color que te deja en los labios.

 Y es que los idiomas son un asunto muy difícil.  El bueno de Cela decía que un caballero ni debe saber idiomas ni mirar escaparates. Los únicos obligados a saber idiomas son: el Papa y los recepcionistas de los hoteles.

2 comentarios

martin -

jeje, genial.

Enrique -

Esta historia recuerda bastante cierta estulticia general que se está instalando entre nosotros y sin necesidad de que nos la traiga gente de fuera que venga a visitarnos. ¡Ay, si el buen mesonero supiera que unos pocos años después le podrían haber pedido también la carta de aguas! ¡Ésa sí que se la sabría de memoria! Es muy bueno, a colación del tema del vino y de todos los grandísimos especialistas en caldos que nos rodean últimamente, cierto comentario irónico al respecto del sagaz Fernando Sanmartín en uno de sus libros, creo que en "Hacia la tormenta".