De las arengas y de la tropa.
-¡Cojones, Silvestre!, ¡Cojones!
Le dijo por telegrama desde Madrid su majestad Alfonso XIII a Manuel Fernández Silvestre en Julio de 1921.
Fernández Silvestre le había prometido al monarca que conquistaría Alhucemas antes del día de Santiago de aquél año.
-Olé los hombres. El 25 te espero.
Era la frase final del telegrama. Firmado: Alfonso XIII, el Rey.
El General Fernández Silvestre era uno de los oficiales más estúpidos e incompetentes del ejército español en África. Aquel día iba a pasar a la historia por el hecho que se conoció a partir de entonces por "el desastre de Annual" en dónde murieron, además de él mismo, catorce mil muchachotes campesinos y analfabetos. Catorce mil jóvenes españoles en alpargatas que disfrazados de soldados pagaban cara su pobreza. Pagaban el que sus padres no tuvieran ni dinero, ni influencias para evitar que estuviésen allí. Allí perdió España veintiochomil brazos jóvenes. Pero todo era poco para satisfacer a su rey. Un capricho Real, es un capricho Real.
-¡Cojones, soldados, cojones!
Chillaba desgañitándose el brigada Carmona a las dos de la mañana del veintitrés de Febrero de 1982 a un acojonado grupo de tardoadolescentes ateridos de frío y miedo disfrazados de soldados del ejército del aire entre los que me encontraba. Constaté que el ejército español de entonces, a nada que se ponía en marcha se autodestruía. Antes de salir del cuartel en desvencijados camiones grises habíamos inutilizado el treinta por ciento de nuestros efectivos por “fuego amigo”, es decir chocando entre nosotros por los nervios. No sabíamos, y a día de hoy sigo sin saber, si salíamos a defender el golpe o a impedirlo. Creo que el brigada tampoco lo sabía. Pero daba igual.
Ese mismo Brigada, que ahora profería todo tipo de blasfemias, había sido el responsable de que unos días antes nuestra escuadrilla hubiese sido mermada con un montón de bajas por el noble ejercico de defensa del honor patrio..Yo aún llevaba el brazo vendado.
Aquella merma también empezó con la consabida frase:
-¡Cojones, soldados, cojones!
Nos decía, la semana anterior, mientras íbamos en una camioneta a toda hostia por un descampado de la base aérea de Zaragoza con los portones traseros abiertos de par en par.
Resultaba que días antes nuestro brigada había visto como los de la base contigua, los americanos* practicaban “orden abierto". El ejercicio consistía para los americanos en tirarse de unos enormes todo terreno marca Hummer que circulaban a toda pastilla y aún a pesar de que iban pertrechados con todo su armamento ligero, se quedaban dispuestos en “orden de combate”. Es decir apuntando hacía el supuesto enemigo, equidistantes y sin partirse la crisma. Todo esto lo estaban haciendo a escasos cincuenta metros de la valla metálica que separaba ambas bases y ambos mundos. El brigada Carmona lo tomó como una provocación y mando a buscar nuestro parque móvil ligero: un par de camionetas Renaul 4L y otro par de Avias. Nuestros vehículos estaban pintados de un gris azul mate y con churretes y no se parecían en nada a los enormes y flamantes Hummer Americanos. Aún así esto no desanimó a nuestro brigada, nosotros íbamos a suplir nuestra falta de material con lo que siempre se había suplido en España. Con...:
-¡Cojones, soldados, cojones!
Nos dijo mientras nos daba nuestras vetustas ametralladoras Zeta descascarilladas y nos ordenada subir a los vehículos.
Con la camioneta ya en marcha y traqueteante por la explanada nos continuo diciendo que si nos tirábamos con fe era como bajar un escalón y que no nos iba a pasar nada. Las cuestión era esprintar desde el fondo de la caja de la camioneta para neutralizar la velocidad del vehículo. De este modo se conseguía el efecto de que la furgoneta estuviese como parada. Con fe y a la carrera se tiró el Alfamén que era muy bruto y le tenía mucha admiración al brigada. Y con fe vimos como se calzaba un pedazo de hostia de impresión. Y con preocupación como la ametralladora después de rebotar contra una piedra a punto estuvo de pasar al lado americano con el peligro latente del incidente diplomático subsiguiente.
-¡Cojones, soldados, cojones!. ¡Que salte el siguiente!.
El siguiente era el Bardenas que después de ver la leche que se había pegado el Alfamen se tiró con bastante menos fe. Cosa que no le eximió del hostión correspondiente.
Y así fueron saltando, y hostiándose, uno tras otro, hasta que me tocó a mí, que me andaba escabullendo en el fondo de la camioneta con la esperanza de que el Brigada desistiese después de ver el desastroso desenlace de la línea de defensa, que en teoría estaba creando y que, lejos de servir de ejemplo de pericia y valor, producía un gran recochineo a los americanos expectadores del otro lado de la valla metálica, que se estaban agolpando de manera notable. Rezaba para que se diése por vencido y desistiese del puto ejercicio de orden abierto que le habían inspirtado los americanos.
Sólo quedábamos él y yo. La furgoneta había dejado a modo de rastro una docena de chavales malheridos formando un reguero que se lamentaban de sus contusiones. Las risotadas de los yankis se oían por encima del ruidoso motor de la camioneta. El honor patrio no podía estar más maltrecho. ¿Qué sentido tenía que yo saltase?. Mi inminente sacrificio no iba a hacer más que aumentar el escarnio. Yo miré alternativamente a él y a los lisiados, y arqueé significativamente las cejas con la esperanza de que me comprendiese. No tuve suerte. Él manteniéndome la mirada con firmeza marcial, me dijo grave:
-¡Cojones, soldado, cojones!.
Cerré los ojos. Apreté los dientes, corrí hacía el vacío y salté. Tras unos interminables segundos, que me parecieron lustros, en el aire, me pegué, como era natural, el hostión de mi vida. Me recuerdo dando volteretas por el pedregoso suelo. Como todos los demás, al primer contacto con el suelo, perdí mi arma reglamentaria. Por esto fuimos todos arrestados, en combate no se debe de soltar el arma por nada del mundo. Pero eso era lo de menos, lo de más era como parar de dar volteretas sin romperme nada más. Ya había oído crujir la muñeca al primer contacto con el suelo. Cuando por fin paré, pude oír el ruido de la camioneta alejándose y las risotadas de los soldados americanos a los que les estábamos alegrando la mañana.
Aún tengo un bulto en la muñeca de la mano de pintar de la fractura de aquél día.
*(La base aérea de Zaragoza se encontraba al lado de la americana, los más jóvenes consultar Wikipedia: Bases americanas en España o "punchar" aquí)
6 comentarios
LuisPi -
Hay que tener un par de cojones, aunque sean pequeños, y encogidos, que eso de mandar a los demás tener cojones no esta nada mal, yo creo que el bridaga Carmona actuo de buena fe, seguro que si hubierais hecho el ejercicio 2 veces a la tercera por cojones salia.
Lo que pasa es que por cojones es como siempre actuamos por estas tierras, y sino con Gran Scala se retraran los de alguno.
Anunciado un mes antes en EEUU sin saber nada en España
El proyecto fue anunciado casi un mes antes en EEUU que en España. Fue en una convención de empresas del juego el 16 de noviembre. Hace tiempo que las empresas buscan una ubicación para el Gran Scala y hace aproximadamente un año contactaron con nosotros. Finalmente, se han decantado por Los Monegros por su situación estratégica: entre las grandes ciudades españolas, con montaña y playa al alcance, bien comunicado con Francia, cerca del aeropuerto de Zaragoza y con La Ciudad del Motor a tiro de piedra, han explicado portavoces del Gobierno de Aragón.
La envergadura del Gran Scala es descomunal. La que será la segunda mayor oferta del juego del planeta, por detrás de Las Vegas y en competencia con Macao, dispondrá de 32 casinos de última generación, 70 hoteles, 232 restaurantes, cinco parques de atracciones, doce establecimientos o museos, 500 comercios, auditorios, hipódromo y campo de golf. La broma ocupará 2.025 hectáreas, prevé emplear a 65.000 personas y aportar 677 millones de euros al año a la Comunidad Autónoma y otros 1.000 a la hacienda estatal. Está previsto que la primera piedra se coloque en el tercer trimestre de 2008.
No hay nada parecido en Europa, un continente con cientos de millones de habitantes con alto poder adquisitivo, explica el documento explicativo del Gobierno de Aragón. Los únicos aprovechamientos urbanísticos están previstos para la última fase del proyecto y es un objetivo secundario de los promotores. Se van a construir 2.300 viviendas para la exclusiva utilización de las empresas y para atender a los 35.000 empleados del complejo. En ningún caso, habrá venta de viviendas al exterior, puntualiza.
Además de los complejos de juego, integrados según la historia de las civilizaciones, dividida en 16 etapas que van desde el Hombre antes descubrimiento de la escritura hasta El futuro pasando por El Egipto faraónico o El Renacimiento, entre otras, el proyecto se convertirá en el primer destino mundial de parques temáticos.
En estos momentos ya está confirmada la presencia de Acquantica, dedicado a la relación del agua y las civilizaciones; SpacePort, en torno al mundo del espacio, que cuenta con otra instalación similar en China, y Spyland, que ocupará una superficie de cien hectáreas y estará dedicado al mundo de los espías.
Consorcio de empresas extranjeras
¿Quién promoverá este coloso? ILD es un consorcio creado ad hoc por 12 empresas internacionales: Darlen Ltd, Finidusco Holding, Aristocrat Technologies, Europtima, UFA Insurance, Ultragroup, Alea, BM Parks, Havilla Partners, Architects Association, Hot Games UK, y Thibault Verbiest. En la sociedad ILD tienen cabida empresarios dedicados a la gestión de cadenas hoteleras y resorts, gestión de edificios de oficinas, constructores, fondos de inversión, compañías de seguros, del sector del juego, arquitectos y otros profesionales, que garantizan múltiples disciplinas y el conocimiento y los contactos necesarios para impulsar un proyecto de esta envergadura.
AMEN
Inde -
Usted no sabe con quién está hablando.. -
Así, sí, sr Cerdá.
aguardentero -
salud,
Inde -
:DDDDD
anónimo -