De los artistas y de los pintores.
Fue en mi generación cuando ocurrió. Fue en mi generación cuando a los pintores se les dejó de llamar pintores para ascenderles aparentemente de categoría. Fue entonces cuando se les comenzó a llamar artistas. Así directamente, no después de muertos, no cuando por su obra y su vida merecíesen ese apelativo, como había sido hasta entonces. No, se nos comenzó a llamar artistas desde que hicimos el primer garabato. Es entonces cuando se acuñó el oxímoron de: “artista joven”.
A mí este asunto siempre me produjo un enorme sonrojo. Pero no le dí mayor importancia, pensé que era una especie de halago tontorrón. Aún así, por higiene, yo jamás empleé ese apelativo para referirme a mí mismo y si lo hacían mis colegas para referirse a sí mismos les quitaba cuatro puntos, dos más si llevaban coleta y no me ha ido mal, así me he ido ahorrando el tratar a un montón de memos Y lo que ya me producía alergia, era cuando en una reunión la empleaban en plural dándo por supuesto que contaban con mi tácita aprobación y complicidad.
-Porque nosotros los artistas tal y cual.....
O peor aún:
-El colectivo de artistas opina....
O aquella tan bonita que le oí al memo de aquel actor y autor catalán, que en paz descanse, que aún pretendiendo ser lo mismo, era lo contrario a mí admirado Fernando Fernán Gómez. Sí esa fue antológica. En un programa de tertulia en el que estaban ambos dirigiéndose a don Fernando le preguntó.
-¿Qué pensamos de esto nosotros, los intelectuales?
Por la cara que le puso don Fernando supe que opinaba lo mismo que yo: que el calvo catalán era un memo.
Pero a lo que iba, a la cosa de los artistas que tiene miga. Fue entonces cuando sacaron el epígrafe y la licencia fiscal que rezaba así, se lo juro: profesión: artista plástico. Y que curiosamente la mayoría de los que se les llena la boca pronunciando sílaba a sílaba la palabra refiriéndose a sí mismos no la poseen, pero eso es otro asunto. Cada uno se lo monta como puede y el tiempo que puede.
Pero el problema era mucho más grave, era semántico y por lo tanto de calado irreversible. Perenne. Cuando los pintores dejaron de serlo para ser artistas entraron en un club más amplio en dónde había fotógrafos, instaladores, conceptuales, cineastas etc.
Se trataba de no constreñir al artista en una sola disciplina. De darle más libertad. Y claro en democracia nadie puede estar en contra de la libertad. Más tarde se inventaron aquello de las artes visuales hasta que Catherine Millet después de contarnos como se había tirao a medio París se inventó lo de prácticas artísticas contemporáneas.
Y ustedes dirán. ¿Y a ti que más te da como llamen a eso que tú intentas hacer?. Pues sí que me da. Y ahora explico porqué.
Se ha obrado como cuando un socio capitalista entra en una sociedad y a base de ampliar capital consigue quedarse con la misma. Se ha obrado como cuando en mi generación comenzaron a llamar “calcetos” cuatro pijos de Madrid a los calcetines blancos y hoy nadie osa usarlos para no ser un cateto. Así a lo de ser pintor ha quedado como una opción dentro del gran grupo, pero el que la elige como medio, o como oficio es porque es un poco paleto y lleva calcetines blancos. Lo guay, es optar por cualquiera de las otras opciones. Pero claro si la cabeza no le da más de sí que le vamos a hacer.
Como no se piensa con el cerebro sino con la boca esta idea ha calado profundamente en nuestros días. Al que aún pinta, o aún le gusta la pintura se le mira con misericordia pero desde arriba por los próceres de las artes, es un síntoma de ser un poco antiguo y fachón.
Por esto últimamente cuando algún colega zangolotino en una mesa pronuncia la palabra artista mientras me mira cómplice ya no me sonrojo como antes y he de hacer un gran esfuerzo para mantener la calma.
Sin más. Se despide.
Pepe Cerdá.
PINTOR.
6 comentarios
Anónimo -
Miguel -
inde -
Halala!!!
hipotecas -
Fernando Fernán Gómez, autor, actor, director, y profundamente libertario
en toda su vida y su obra, como así lo ha querido demostrar en su último
gesto, el de abrigarse con una bandera roja y negra en su ataúd, en su
capilla ardiente del teatro de la Plaza de Santa Ana en Madrid, símbolo
del movimiento obrero anarcosindical.
Carlos Menéndez
http://www.segurosmagazine.es
LuisPi -
LuisPi -