Cinco días.
Viaje a París. El motivo de este viaje era cobrar los cuadros que se vendieron en la exposición que hice en junio. Fred, mi galerista, me envió unos billetes de T.G.V.( el A.V.E. francés) para ir desde Pau a París para que el viaje fuese menos fatigoso para mí, que ya voy haciéndome mayor. Afortunadamente mi amigo Carlos Palacio me ha acompañado; hay pocas cosas que más deteste que viajar solo, que ya me ha tocado más de lo necesario para saber como se sentían los viajeros románticos. Los escritores de viajes no han hecho otra cosa que pasear su soledad por el mundo y aburrirse soberanamente en las magníficas ciudades que describen. Cuando se Vive, así con mayúsculas, no queda libre ni instante para escribir, que es el vicio onanista por excelencia.
Carlos venía conmigo en calidad de turista y acompañante, lo que me ha obligado a revisitar algunos museos y a pasear por las zonas que más me gustan de París, cosa que no hago jamás cuando voy solo. Además, como dejamos el coche en la estación de Pau, nos ha forzado a trasladarnos en metro, cosa que no hacía desde que llegué a París hace casi veinte años. Eso de que veinte años no son nada sólo lo dice el tango: las escaleras de los trasbordos son mucho más empinadas que antes, la pequeña mochila, imperativa para el transeúnte parisino, se va cargando de libros y catálogos y hace más penosa la marcha, los viejos camaradas ahora son señores respetables y profesores de universidad.
Hemos estado en el Museo de Arts et Metiers, en dónde se guarda el metro de platino iridiado y el péndulo de Focault. Antes me gustaba mucho porque tenía la suficiente cantidad de polvo y las maderas del suelo crujían a tu paso, pero al hacerse mundialmente famoso por el libro de Eco, el ayuntamiento de París se vio en la necesidad de remodelarlo y encargó a un arquitecto moderno que lo adecuase a los tiempos de museo espectáculo que vivimos. El arquitecto le ha realizado unas “peoras” posmodernas y ha acabado con toda la magia que tenía.
Hemos visitado otros museos y galerías de Arte del Marais y de la rue de Seine, y por supuesto las del Boulevard Haussman donde está la mía. En la mía he estado los tres días que he pasado en París. El primer día organizaba una exposición colectiva con la totalidad de artistas que representa para lo que le llevé cuatro cuadros pequeños. Lef, un abogado coleccionista, adquirió uno antes de colgarlos. Lef debe de tener ya diez o doce cuadros míos. Parece que me ha cogido cariño. El segundo día fui para pasar cuentas con mi galerista ya que el día de la inauguración no fue posible por razones obvias. Y el tercer día me pagó, no la totalidad, por supuesto, no sea que me malacostumbre. Como en las novelas: presentación, nudo y desenlace.
Al cuarto día nos volvimos en el tren hasta Pau, cogimos el coche, atravesamos los pirineos y otra vez en casa. Donde me esperaba la desagradable noticia de que me han quitado otros dos puntos del carnet de conducir por pasar por el puente de las fuentes (de tres carriles de ida, y otros tantos de vuelta) a setenta por hora en lugar de a cincuenta. La cosa es como una trampa para inadvertidos. Aunque entres a cincuenta por el puente como el primer tramo es en cuesta hay que acelerar ligeramente; a la mitad del puente comienza la segunda parte que es descendente por lo que el coche se acelera solo, si no se toca el freno (cosa absolutamente innecesaria en una vía desierta de tres carriles) se llega a la altura del radar situado a unos trescientos metros de la cumbre del puente, más o menos a setenta. Esto activa el radar te sacan una foto, por canelo, y a ponerlas, y a perder puntos. Sin haber puesto en peligro la vida de nadie, claro está, al contrario de lo que machaconamente nos dicen desde los medios de comunicación: que esto es por nuestro bien y tararí, tarará.
Juan, un amigo semiótico que esta trabajando en Francia con la población reclusa, me contó que el veinte por ciento de los presos lo estaban por cuestiones relacionadas con el automóvil. Y es que si te vas quedando sin puntos por cuestiones tan tontas como la que he descrito, en nada te quedas sin carné, y como lo habitual en nuestros tiempos es que el coche sea una herramienta más de trabajo, si se quiere seguir alimentando a la familia se ha de asumir el riesgo de seguir conduciendo, sin carné y sin seguro. Por lo que al mínimo percance que se tenga ya se comete un delito penal, y al truyo.
Lo que me sorprende es la falta de disidencia por algo tan serio. Cuando pienso que el motín de Esquilache fue por una ley que acortaba el tamaño de las capas en España y que eso hizo peligrar al mismísimo Godoy, creo que en este país hemos cambiado bastante.
Si hay alguna asociación que pretenda parar este abuso y acoso contra los ciudadanos conductores yo soy el primero que se apunta. Queda dicho.
Cuando conté, algo parecido en otro blog de hace unos días, hubo un par de ciudadanos que me recomendaban ajo y agua, y que me jodiese por incivil, y que en el fondo se alegraban, por esa cosa tan española de alegrarse del mal ajeno. Les diré que ya hay bastantes apólogos en el gobierno y en los medios de comunicación sobre esta cuestión, y sobre la postura de que es “por nuestro bien”, como a los niños. Por lo que les rogaría que esgrimiesen posturas más originales, y veraces, haciéndose cargo de la gravedad del problema social que esto va a generar en muy poco tiempo.
5 comentarios
César Pasadas -
Antes de nada, felicitarte por el libro (que no encuentro por ningún lado) y por las dichosas fiestas religiosas que nos impusieron ya hace tiempo.
Referente a tu escrito, dejaré a una banda el tema de París por todo lo que conlleva y que tu, yo y muchos sabemos, y me centraré en la temática recaudadora. En cuestión de meses, se instalaran unos nuevos radares que seran casi totalmente invisibles hasta para los conductores más avispados,... además de ser mucho más barato su mantenimiento porque no sufrirán agresiones vandálicas por su característica comentada. Aseguran las fuentes que la intención es "cazar" a los incívicos por muchos instrumentos "anti-radar" que tengan, es decir, que por primera vez parece ser que la socialización de las multas es real, o sea, que los ricos con buenos coches y sistemas de detección también seran multados. Ahora bién, si el efecto no es recaudatorio, por qué no avisar de la situación de dichos radares. Vamos a ver, si en la autopista el máximo es 120, en carreteras 90 y en ciudades 50 Grosso modo, por qué narices nos tienen que recordar dichos límites cada pocos metros...? Que no pongan ni una sola señal que para eso aprovamos el carné en su día! Si no nos tienen que estar recordando constantemente las normas y límites, por qué lo hacen y por contra omitiran que un radar nos está detectando y fastidiando la vida por unas normas unificadas que no siempre son del todo lógicas? Yo estudié en su día que provocar una velocidad inferior a 50 km/h en una autopista era motivo de sanción,...por qué no sancionan a las infladas arcas de las concesionarias de peajes por provocar los más estruendos atascos de las vias rápidas a cualquier hora punta? Por qué los limitadores de velocidad de los vehículos sólo estan en modelos de alta gama y sólo son opcionales y a un precio desorbitado? Acaso, la seguridad es un lujo?
Las estadísticas es la cosa más absurda que se ha inventado para controlar a las masas... Resulta ser que desde la implantación del carné por puntos, la mortalidad se ha reducido un 20%; pero nadie dice que ésta está basada en la reducción de muertes del total de accidentes, ya que éstos son los mismos en número o incluso superior, però los vehículos tienen cada dia más artilugios para salvar vidas y se ha dejado de ir como una cuba al volante. En cualquier caso, la velocidad media (en Catalunya) de los automovilistas desde dicha ley, sólo ha disminuido en 6 km/h. Si alguien me puede asegurar que de 87 km/h a 81 km/h los accidentes ya dejan de ser mortales, que se lo expliquen a los que hacen las pruebas con los vehículos y conductores robots, que no pasan nunca de 60 km/h porque cualquier accidente por encima de dicha velocidad, es mortal por pura física. La contención instantánea del cerebro contra los huesos del craneo a partir de 70 km/h es una muerte segura. A lo mejor por eso te han multado, porque si ibas a 70 podías morir en el acto, y a 50 sólo te hubieras quedado como un vegetal..., y por esto de la desertización de España, a lo mejor es una medida patriótica.
Sea como sea, todavía estoy a la espera (15 años), que alguien me diga a dónde va a parar el dinero de la multas (más de 60 millones de euros al año). Ah, claro, para comprar nuevos radares, que estos ni cogen la baja por depresión ni por maternidad ni por nada, son trabajadores-recaudadores fieles a la causa.
Mantengamos el civismo al volante, pero no nos olvidemos de la lógica humana, es decir, ninguna!
Fernando -
Mariángeles -
Gatopardo -
Y lo dijo en Radio Nacional hace menos de un año. Y digo yo que no lo diría a la ligera.
La mayoría de las medidas coercitivas sólo enmascaran el fin recaudatorio.
Te aconsejo que hagas pliego de descargo, en esta ocasión contando que está mal pergeñado el desnivel del puente, y aunque tarden, hay un porcentaje significativo en los que se da la razón al conductor.
Un abrazo
PD
Estaba equivocado E, tú y yo no hemos comido juntos, pero eso lo podemos solucionar cuando pasen las malditas fiestas.
Jorge -
Un abrazo.