Gramática parda.
Manolico era el tonto de Daroca.
Ser “el tonto” era un puesto perfectamente definido en los pueblos hasta hace muy poco. Solían hacer los recaos y eran muy saludadores, sobre todo a los desconocidos. Por eso, reír las gracias a los recién conocidos es un claro signo de estupidez, o como mínimo, de sumisión por estos lares. En los eventos sociales es muy habitual encontrar a este tipo de personajes Son los que no se dejan a nadie por saludar con una mueca congelada, que aparenta una sonrisa, en la cara. Son los que han ido a la fiesta a “hacer contactos” y reparten tarjetas por doquier. Son el Saza vendedor de porteros automáticos en la magnifica película de Berlanga: “La escopeta Nacional”.
Pero Manolico, el de Daroca, era distinto. A diferencia de la mayoría de los tontos, él sabía que lo era, sabía el lugar que ocupaba. Los parroquianos del bar por donde deambulaba, también sabían el lugar que ocupaban: eran “los listos”. Por esto le solían gastar esta broma:
-Mira ahí esta Manolico, ya verás que tonto es. ¡Manolico, ven un momento!
Manolico se acercaba solícito y sonriente. El parroquiano se metía la mano en el bolsillo y elegía dos monedas. Una de duro y otra de peseta. Ponía cada una de ellas en las palmas abiertas de sus manos y le decía:
-Manolico. ¿Qué prefieres: el duro o la peseta?
Y Manolico escogía la peseta, para gran regocijo de los clientes el bar. Manolico sabía que el día que escogiera el duro dejaría de ser el Tonto de Daroca y de vivir de eso.
La postura de los artistas ante los poderosos es un poco así. Los poderosos tienen prefijado un arquetipo de artista: despistado, despreocupado por el dinero, siempre obsesionado por su trabajo etc...Y gustan de hacer comentarios en público al respecto de sus protegidos del mismo tono que los que le hacían al tonto de Daroca. Los artistas si no son verdaderamente tontos (que los hay abundantemente), se lo hacen, para no defraudar al bravucón mecenas y hacerle quedar bien ante sus amigos.
Esto, poco más o menos, es lo que los americanos llaman Master en Marketing, y cobran una pasta. Pero yo les regalo gustosamente el Teorema del Tonto de Daroca para su libre aplicación a la vida y los negocios.
La “gramática parda”, al contrario que el “marketing”, no se cobra y es patrimonio de la humanidad.
Salud.
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maníasmías -
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