Hola
Estoy pintando, y pintando mucho, como hace tiempo, por eso no escribo en el blog.
Preparo, bueno ya casi está, una exposición que se inaugurará el quince de junio en París, en la Galería Les Singuliers.
Para pintar, para pintar de verdad, es necesario no pensar mucho. Pensar, claro está, del verbo cavilar o reflexionar. Eso de pensar “sin objeto”es precisamente de lo que se nutre la literatura, pero la pintura es otra cosa.
En las cosas motrices y las que se hacen con las manos hay que estar en lo que se está; que es realmente placentero, pero de tanto marear la perdiz ya se me estaba olvidando el gusto de hacer por hacer. Caminar por caminar es lo que hacen los peregrinos y vivir por vivir es lo que hacen las gentes sabias.
La reflexión sin acción es origen de muchas psicopatías, aunque también es cierto que la laboriosidad por sí misma no es ninguna virtud y es refugio de muchos imbéciles, incapaces de pararse un momento, mirarse al espejo y preguntarse que coño están haciendo con su vida.
Yo nunca he conocido una persona realmente inteligente y trabajadora. Y es que la energía que nutre la inteligencia (que consiste precisamente en cavilar para ahorrase trabajo) es la pereza, que es la madre de la teoría.
2 comentarios
Marta -
Ruiz Martín -