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pepe-cerda

Concentración y dispersión

Por fin se han largado.
Al extranjero, a la playa, al crucero, al monte, a hacer puñetas.
El teléfono deja de sonar como antes, que maravilla.
El trabajo creativo se nutre de la concentración, de parar el mundo y de que nada, salvo tus locas obsesiones, exista. Sin embargo, para existir para el mundo, para que los demás se enteren de que existes y esto se traduzca en un poco de nutriente para continuar, es obligatorio estar disperso.
Cómo estar concentrado y disperso a la vez es una de las paradojas más difíciles de resolver de este oficio. Se supone que de la protección del vulnerable genio en el taller se han de ocupar los “representantes”. Pero mi experiencia me dice que son precisamente, los marchantes y galeristas los que más “nervioso” le ponen a uno. Haría falta pues otra figura interpuesta entre el representante y el representado. Este puesto lo suele ejercer un tipo humano perfectamente diferenciado que es: la señora, o pareja, del artista, que es la que se ocupa cotidianamente de impedir que el mundo perturbe el sagrado misterio de la creación. El problema para mí, es que jamás he sentido la más mínima atracción por las marimandonas, las de “déjame a mí, que tú de esto no entiendes...”y claro así me va.
Y aquí, anda uno, de hombre orquesta, y pagando de antemano el tiempo necesario para esperar pacientemente y en alerta, que lo que tenga que salir, salga.
Espero que este Agosto sea benévolo y que las temperaturas del taller hagan posible la espera.

4 comentarios

Anónimo -

Buena pregunta. A mí mácostaunamiajaverigualo.

(io)

Anónimo -

¿Pero artista de los del DNI?.
Qué risa.
(io)

Anónimo -

¿Y de qué vive uno si es artista, por ejemplo?

Anónimo -

Hoy todo está organizado precisamente para que nadie pueda pararse a pensar. La única fórmula -hoy revolucionaria- de rebelarse frente al sistema de aturdimiento generalizado es apartarse de la corriente, dispersarse para, desde la excentricidad, tomar perspectiva. Lo que ocurre es que para que la fórmula revolucionaria sea completa, hay que dedicarse, desde el propio apartijo, a producir piezas completamente inútiles, sin intención alguna de ganarse la vida con ellas.

(io)