Cuatro días estupendos
El jueves cené con Maria Dolores Pradera.
Es difícil encontrar alguien con su majestad, sí, ella es antes que nada un ser majestuoso y maravillosamente bello. Félix, Cristina y Luis, sobretodo Luis, ya eran amigos suyos desde hace tiempo y sabedores de que a Ana le fascina, organizaron una cena para que la pudiésemos conocer más de cerca. Yo no soy nada mitómano, pero lo de esta mujer supera lo esperable y salí fascinado. Fascinado sobre todo por exquisita sencillez, por su modo de contar, por su empeño fluido para que todo fuese agradable y por su elegancia, su apabullante y discreta elegancia.
Al día siguiente, viernes, acudimos todos al concierto que dio en la sala Mozart del Auditorio, y aquello ya fue apoteósico, como estaban medidos todos los gestos en su desmesura, una autentica lección de arte y , sobretodo, de vida. Después nos recibió en su camerino, rota y feliz. Su hijo Fernando le acompañaba, discreto y presente.
El sábado el gran Pepe Bofarull inauguraba una exposición en el Museo del Grabado de Fuendetodos y allí que nos fuimos. Bofarull nos ha enseñado a todos los pintores de Aragón y a muchos de España, a hacer serigrafías. Nos ha enseñado como se hacen, pero afortunadamente no nos ha dejado hacerlas, las ha hecho él, que las hace infinitamente mejor que nadie y por eso ahora se pueden exponer. Exposición magnífica, como no podía ser de otra manera con asistencia de toda la profesión en pleno. Y es que a pesar de lo raritos que somos los pintores él consigue llevarse bien con todo el mundo. Bueno, sería más exacto decir que llevarse mal con el Bofa es sencilla y llanamente imposible.
Por la noche fiesta en casa de Jerónimo, bueno mejor dicho en casa de su madre Paquita Ors. Allí junto a Jerónimo, Esther y Paquita oficiaba también de anfitrión Francisco Ors hermano de Paquita y autor de aquella pieza formidable: Contradanza que marco un nuevo modo de hacer y decir a principios de los ochenta.
Yo a Jerónimo le quiero y, además, sé que soy correspondido. Es uno de mis seres imprescindibles en esta mi, su, Zaragoza. Pero rodeado de los suyos y recibiendo, forman un todo indisoluble e irrepetible. Allí estaban la mayoría de las personas que conforman mi imprescindible universo afectivo y fue, como no podía ser de otra manera, apoteósico.
A todos estos eventos he sido acompañado por mi amigo José Antonio de Gabriel que ha pasado unos días conmigo. A José Antonio lo conocí en París a principios de los noventa y aún a pesar de su ajetreada vida, es observador internacional, nos las apañamos para vernos con la agradable cadencia necesaria. ¡Que plena está la casa con un amigo!.
Verdaderamente tengo mucha suerte y muchos, y magníficos, amigos y quiero desde aquí darles las gracias a todos por tratarme con el afecto que lo hacen. Mi único miedo es no estar a su altura que, créanme, es enorme.
Es difícil encontrar alguien con su majestad, sí, ella es antes que nada un ser majestuoso y maravillosamente bello. Félix, Cristina y Luis, sobretodo Luis, ya eran amigos suyos desde hace tiempo y sabedores de que a Ana le fascina, organizaron una cena para que la pudiésemos conocer más de cerca. Yo no soy nada mitómano, pero lo de esta mujer supera lo esperable y salí fascinado. Fascinado sobre todo por exquisita sencillez, por su modo de contar, por su empeño fluido para que todo fuese agradable y por su elegancia, su apabullante y discreta elegancia.
Al día siguiente, viernes, acudimos todos al concierto que dio en la sala Mozart del Auditorio, y aquello ya fue apoteósico, como estaban medidos todos los gestos en su desmesura, una autentica lección de arte y , sobretodo, de vida. Después nos recibió en su camerino, rota y feliz. Su hijo Fernando le acompañaba, discreto y presente.
El sábado el gran Pepe Bofarull inauguraba una exposición en el Museo del Grabado de Fuendetodos y allí que nos fuimos. Bofarull nos ha enseñado a todos los pintores de Aragón y a muchos de España, a hacer serigrafías. Nos ha enseñado como se hacen, pero afortunadamente no nos ha dejado hacerlas, las ha hecho él, que las hace infinitamente mejor que nadie y por eso ahora se pueden exponer. Exposición magnífica, como no podía ser de otra manera con asistencia de toda la profesión en pleno. Y es que a pesar de lo raritos que somos los pintores él consigue llevarse bien con todo el mundo. Bueno, sería más exacto decir que llevarse mal con el Bofa es sencilla y llanamente imposible.
Por la noche fiesta en casa de Jerónimo, bueno mejor dicho en casa de su madre Paquita Ors. Allí junto a Jerónimo, Esther y Paquita oficiaba también de anfitrión Francisco Ors hermano de Paquita y autor de aquella pieza formidable: Contradanza que marco un nuevo modo de hacer y decir a principios de los ochenta.
Yo a Jerónimo le quiero y, además, sé que soy correspondido. Es uno de mis seres imprescindibles en esta mi, su, Zaragoza. Pero rodeado de los suyos y recibiendo, forman un todo indisoluble e irrepetible. Allí estaban la mayoría de las personas que conforman mi imprescindible universo afectivo y fue, como no podía ser de otra manera, apoteósico.
A todos estos eventos he sido acompañado por mi amigo José Antonio de Gabriel que ha pasado unos días conmigo. A José Antonio lo conocí en París a principios de los noventa y aún a pesar de su ajetreada vida, es observador internacional, nos las apañamos para vernos con la agradable cadencia necesaria. ¡Que plena está la casa con un amigo!.
Verdaderamente tengo mucha suerte y muchos, y magníficos, amigos y quiero desde aquí darles las gracias a todos por tratarme con el afecto que lo hacen. Mi único miedo es no estar a su altura que, créanme, es enorme.
9 comentarios
Arturo -
Fernandez covadonga -
Mara -
Pa que sepas, soy de la flora progre-rubia natural amsterdamesa. Mientras Pepe nos aprecie no me importará que a un Romano calvo? no caigamos bien
Pepe Cerdá -
Van dos cosas:
La primera, cada uno tiene los amigos que le sale de los cojones.
La segunda, con mucho gusto te entregaré los cuadros para los veterinarios, pero para eso tendrás que identificarte y quedar conmigo.
Espero impaciente tus señas.
io -
io -
Mara -
Nicolás -
Justo Villagrasa Zapater -