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pepe-cerda

UNOS DIAS EN PARÍS

UNOS DIAS EN PARÍS Hace dos días que estoy en París. El tiempo suficiente para que la exaltación del primer día se haya transformado en una agridulce melancolía. Me hospedo en un Hotel cerca de Opera en el que Ana tiene una habitación. Exceptuando el viaje anterior con Felix, hace quince años que no ocupaba un hotel en París.
Antes en Paris estaba mi casa.
Es evidente que uno no puede ser turista en las ciudades en las que ha vivido, del mismo modo que no se puede hacer “pic-nic” en el cuarto de estar de la casa vivida de los padres. Impedido, pues, para el obligatorio modo de pasar unos días en París, según las instrucciones que de este gran parque temático hay en la recepción del hotel, me dejo ir de cena en cena con los viejos camaradas.
He cenado ya con: Alex y Juan, mis dos grandes cómplices vivos de mi periodo parisino; con Nicole mi Ángel de la guarda y representante; con Rosa y José Manuel Broto, mi familia; con José Antonio, que me acompaña en este viaje y que viene, como yo, a rebozarse en sus recuerdos. He visto, fugazmente, a Raquél y Pilar, del Cervantes... Hoy ceno con Laura, con Plensa, con Serge-Bensimón y con Charlotte. He de ver antes a Catherine y Luc. He de volver a pasar por mi galería para ver a Fred e intentar hacer cuadrar nuestras interminables cuentas, que casi son rosarios.
Todo esto me obliga a ir con el coche de un lado a otro a través de monumentales atascos (ayer estuve, en total, cinco horas en el coche). Lo cual no me viene mal porque ya había olvidado, desde que vivo en Villamayor, que el atasco es un gran aliado de la reflexión (y por lo tanto de la teoría) y gracias a esto he ordenado algunos fantasmas, o ideas, o recuerdos, o como diablos se le quiera llamar a eso que nos pasa dentro de la cabeza por lo que nos creemos únicos y distintos a los monos. Por eso la gente que vive en las grandes ciudades se cree más lista.
He asistido a alguna exposición alternativa y he vuelto a ver lo deprimente y cutre que es la tardo-bohemia. Cuanto sufrimiento, y lo que es más grave, cuanto tiempo perdido. Cuantas vidas sin risa, sin felicidad, sin dinero, ni coche, ni domingos por la mañana, por perseguir la quimera hasta el último aliento. Todo para llenar de contenido el patético personaje romántico que imaginaron en su país y en su adolescencia. Y para que, en el mejor de los casos, algún tibio crítico institucional de su región de origen pueda escribir una bonita biografía, ,subvencionada y desde el confort de la función pública ( por supuesto con catálogo y gran exposición) ,que aliente al siguiente adolescente a volver a tirar su vida por la borda.
Me he dado una vuelta por los supermercados de las Galerías Lafayette y del Bon Marché. Son el "Palacio de Versalles" de los supermercados. El obsceno acto de nutrirse y de comprar comida aquí está elevado a fino erotismo, es como si a las merluzas de nuestro Mercado Central les pusiesen bragas de “la Perla”. Al lado de cada sección de productos alimenticios de un país, hay una pequeña barra con camareros ataviados en riguroso traje nacional donde poder degustar los productos. Allí comen, desmayadamente y sin apetito, estilosas trabajadoras de bancos cercanos y expertos en marqueting. Casi siempre son extranjeros, hijos de oligarcas de las provincias del imperio; que como han recibido una exclusiva educación: gestión de empresas, M.B.A., colegio británico más un par de idiomas, e.t.c...Vamos que gracias a que su padre se ha gastado una pasta en su formación, ahora pueden servir de “chicos de los recaos” de las multinacionales por cuatro duros. Pero ellos están encantados, apareándose entre sí tras salir a las once de la oficina, comiendo en un puto supermercado y viviendo solos en sus apartamentos de veinte metros cuadraos ( eso sí en el exclusivo sixième arondisement )

3 comentarios

Eva -

tal vez crear sea el arte de copiar sin que se note mucho, pero entonces también escribir bien debe de ser el arte de decir estupideces y que la gente te aplauda. si es así, mis reverencias. amo París, pero a tus palabras parece una mierda llena de hipócritas; ¡pero que mierda tan hermosamente descrita!

encontré tu blog de casualidad y, ya me perdonarás, pero el monito en el ordenador me enganchó, y me revisé todas las entradas..
cordialmente,
pd. tal vez no hace falta que vuelta a la galeria, yo no necesité ver sus cuadros para creerle artista

Pepe Cerdá -

Mi querido Ismael. Gracias. Como habrás visto te he copiado lo de: "hacer "pic-nic" sobre los recuerdos". Ya me disculparás. Ya sabes que "crear" consiste en copiar y que no se note mucho.
En cualquier caso te cedo por la presente los derechos de cualquier imagén, escrito o cosa que quieras utilizar ( a tí y a todo el mundo). !Esto es la red!.

ismael -

me he enganchado a tu puto blog, lo que me faltaba. Es estupendo.