Blogia
pepe-cerda

De quién fui y aún me acuerdo.

La mayoría de la gente tiene una idea muy equivocada de mí. No me extraña; yo mismo tengo una idea equivocadísima de mí. Si intento desenmascararme un poco ante el espejo  aún puedo ver en mí al adolescente que tímido y aterrado veía al mundo como una constante amenaza. Adolescente que era delatado en los momentos más inoportunos por el rubor incandescente de su cara para chanza y mofa de sus congéneres, y lo que era más terrible: de sus “cogéneras”.

Construí, entonces, una serie de discursos aprendidos para salir del paso cuando el nudo en la garganta me bloqueaba. Aparenté ser dicharachero y ocurrente, cuando no había ocurrencias más precocinadas que las mías, ni locuacidad más forzada. Aprendí a impedir que mi sangre subiese a las mejillas por su cuenta y sin permiso. Disfracé mi cobardía por medio de una suerte de temeridad suicida, que me hizo tomar el camino menos aconsejable solamente para demostrarme a mí y a los demás más cercanos que era cualquier cosa menos un cobarde aterrado, que es lo que en realidad era y soy.

La dicharachería forzada que empleo cuándo me siento amenazado, sobre todo con los recién conocidos, me ha hecho, y me hace, meter la pata constantemente.  No sé si después de treinta años largos de interpretar un personaje uno puede volver a ser el que se era. Pero me gustaría. Me gustaría poder callar y mantenerme en calma. Me gustaría dejar de temer. Aunque nada a mi alrededor lo aconseje.

   

 

 

2 comentarios

Nana -

Que bien explicas ese sentimiento Pepe. Yo no podría expresarlo mejor, pero sentirlo, no sé si por que soy de la misma generación que tu, pero lo siento exactamente así, solo que en mi caso ni tan siquiera soy capaz de disfrazar esa timidez, ni tengo como tu esa capacidad de hacer interesante la cosa mas banal hablando. Tengo,o mejor he tenido siempre ese mismo miedo, y lo que es peor , ahora que veo lo absurdo que es tenerlo me apena ver lo deprisa que ha pasado el tiempo y que poco espacio nos ha dejado a la esperanza. Es este otro miedo mucho mas terrible aún que aquel que sentíamos cuando aún cabía esperar.

Pilar -

¡Lo sabía! Sabía que era una pose por la que te sientes obligado, casi siempre, a ser el más ocurrente, el que sabe los últimos chistes, en fin en el centro de la reunión. Sabes porqué, por que tú en realidad estás muy solo, y te gusta estar rodeado de gente para no sentir esa soledad, que por una parte te hace creativo pero que en realidad te asusta. Pepe, sólo tienes que ser tú, tú mismo.Sabes llegar a la gente sin tener que estar actuando constantemente. Los que admiren tus cuadros, lo harán igualmente y los que te queremos encontraremos a la persona que a veces "percibimos" pero que no dejas ver, que está ahí, sin mentiras, con sus defectos y virtudes. Puedes ser tú mismo, sin miedo, que el miedo bloquea y no te deja avanzar. Muéstrate como eres, aprende el valor del silencio. No tienes que abducirnos, ya lo estamos.