la última mirada
La muerte toma su forma más terrible en los ojos levemente humedecidos de un ser querido que la sabe cerca al tiempo que finge que todo va bien, que no hay de qué preocuparse.
Hoy recuerdo las insustanciales y banales últimas conversaciones que mantuve con las personas que me quisieron y que no quisieron preocuparme, o mejor dicho incomodarme, con la gravedad de su última situación.
No quisieron incomodarme por pudor, o mejor dicho por cortesía. Porque la decrepitud es vergonzante y no es un tema adecuado de conversación con una visita que amablemente va a despedirse.
Pero hoy no puedo dejar de recordar las últimas y húmedas miradas que crucé con las personas que quise y que se han ido. Hoy una punzada en el alma me ha recordado las conversaciones que mantuve con ellas, que versaron más sobre mí que sobre ellos. Hablamos de cómo me iba, de mi siguiente exposición, de dónde iba a pasar las vacaciones, de dónde había cenado la noche anterior…de nada importante.
En realidad no recuerdo haber hablado de nada importante en mi vida
4 comentarios
toya velawsco -
Un beso lejano y nostálgico de Paco Marquina y mio, o sea, Toya Velasco. Mua.
Ramon -
Vicente -
¡una calada profunda!
Pilar -