Hola de nuevo.
Hace ya mucho tiempo que no escribo aquí. Algunos de mis lectores, que además me conocen, me lo han recriminado. Otros, que no me conocen, habrán pensado que quizás me haya pasado algo. Los silencios prolongados en los blogs pueden significar asuntos macabros. No, no me ha pasado nada. Nada digno de reseñar, tan solo lo he ido dejando, dejando… y cuanto más lo he ido dejando, como con todo, más pereza me ha ido dando el retomar el vicio de contar por contar.
Contar por contar es lo que yo he venido haciendo aquí desde hace ya más de un lustro. He ido vertiendo juicios, opiniones, sucedidos, reflexiones y anécdotas sin ton ni son. A muchos, la mayoría, de los lectores les ha ido entreteniendo y cuando les ha dejado de entretener han dejado de leerme y en paz. A otros, los menos, les he ido cabreando y se han ido calentando, y por esto, aunque resulte paradójico, me han seguido leyendo. Algún galerista local y algún preboste artístico de mi ciudad así me lo han hecho saber, cargándose de razón, impostando la voz, como cuando de adolescentes fingíamos la edad que no teníamos poniendo la voz grave de falsete.
No les ha parecido bien el modo tan poco respetuoso con el que me he referido aquí al mundo del arte y a su comercio. Además de no parecerles bien se han dado por aludidos, lo que vendría a ser como si se enfadasen los taxistas por críticas o chanzas a la formula 1. Al fin y al cabo tan conductor es Fernando Alonso como cualquiera. Como Chestertón bien decía “el verdadero temperamento artístico es cosa de principiantes y aficionados”. Nadie se toma tan en serio a sí mismo como los neófitos. En el fondo su cabreo me ha halagado, cosa que aún les ha cabreado más.
El problema de dejar de contar por contar por un tiempo es que no se encuentra luego ni el tiempo ,ni el tono, ni el modo, ni el qué, ni la razón, ni la justificación para volver a hacerlo. Por esto hoy voy a colgar este texto insustancial para que sea el primero después del lapsus y así pueda ir colgando los demás que vayan saliendo sin la gravedad del primer párrafo.
4 comentarios
AFRENTADO -
el tio de lurbú -
bienvenido.
José Luis -
Misviajes -