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pepe-cerda

Causas idiopáticas.

Si su médico, mientras le mira con cara de profunda gravedad, le dice que su enfermedad tiene causas idiopáticas, lo que de verdad le esta diciendo es que no tiene ni zorra idea de lo que le pasa ni de cómo curarle.

Si su presidente del gobierno, con la misma voz de falsete y grave de su médico, culpa a los especuladores cuando las cosas van tan rematadamente mal como ahora y se responsabiliza a sí mismo cuando, gracias, precisamente a los especuladores del ladrillo, iban bien, es que ni gobierna ni sabe cómo se hace.

Si el líder de la oposición al grito de “quítese usted que me voy a poner yo” termina aprobando lo que impongan los mercados porque ni sabe, ni quiere, ni puede hacer otra cosa, es que ni se opone ni se opondrá a nada.

Si su majestad dice que nos llevemos bien y que no nos enfademos y que trabajemos juntos y que tengamos fe, es porque quiere seguir navegando en el “Fortuna” este verano.

Mi impresión es que nadie de los que nos dirige o pretende dirigirnos tiene ni zorra idea de qué hacer, aparte, claro está, de que paguemos a escote el desastre que han creado. Que paguemos nosotros, no ellos, que tienen sus sueldos y sus privilegios blindados. Desastre que tiene, como es sabido, causas idiopáticas.

3 comentarios

Uno -

En este tiempo aberrante en que nos hemos conocido sólo se reverencia, por desgracia, a los impostores formales, como el dinero, la pintura o la arquitectura. Nadie se acuerda del alma, ese viejo dispositivo de conocimiento y reconocimiento, y todos sus accesorios culturales y morales labrados a lo largo de siglos por distintas civilizaciones. Parece mentira. Así va el mundo, hacia su destrucción manifiesta, que no será, pobres poetas, pésimos inventores, un Apocalipsis espectacular, una gran fiesta con fuegos artificiales místicos y revelaciones trascendentales en un cielo digitalizado, sino una caída completa en la banalidad, un ocaso de la grandeza, un hundimiento total de la vida en su sentido moral y un eclipse de la inteligencia en las simas de la trivialidad más absoluta y absorbente, como un programa de televisión eterno, ¿se imagina el cuadro?...

Javier -

Zapatero está adoptando la misma posición que el capitán del Titanic. El barco se estaba hundiendo y su única preocupación era que los músicos siguieran tocando.

Miguel Angel -

Pepe me estoy quedando ideopático. Me voy con la caravana a tomar un poco de aire fresco. En casa con tantos "casos" me ahogo.