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Pintor eficaz.

Cuando me preguntan por cómo fueron mis inicios como artista suelo responder lo siguiente:  “...me hicieron pintor porque no valía para estudiar.”

 

La sonrisilla de mi interlocutor me hace suponer que lo entiende como un chiste o una “boutade”. Pero yo lo digo en serio. Fue esa la causa principal por la que me inicié en el oficio.

 

Mi padre fue sucesivamente desde los años cuarenta impresor, camionero, taxista, dibujante, pintor, rotulista, decorador, dibujante publicitario, creador de “slogans” y muchas cosas más.

Mi padre hacía cualquier cosa, preferiblemente con un lápiz o una brocha, para ganarse la vida. Mi padre, como la mayoría de los padres de aquella época, estaba empeñado en “darnos estudios” a mi hermana y a mí. A mí me había metido en “Los Escolapios de General Franco” (así se llamaban para diferenciarlos de los de la “Calle Sevilla” o “Cristo Rey”, también colegios de los Padres Escolapios) porque era la ilusión de su vida ya que envidiaba desde niño la bata del uniforme y el modo en el que salían los escolares en perfectas filas de a dos capitaneados por un cura para acompañarles a sus casas. A él, desde el colegio gratuito y de enseñanza deficiente al que apenas asistió un par de años antes de la guerra, le parecía el colmo de la correcta educación.

A partir de los catorce años empecé a no ir bien en los estudios. Es algo bastante clásico que suele pasarle a los varones cuándo descubren la vida. A algunos se les pasa en unos meses y a otros no. A mí no se me pasó. Comencé a faltar a clase y a suspender, y a repetir curso.

 

Para gran dolor de su corazón mi padre comprendió que no iba a ser abogado, ni médico, ni ninguna cosa importante.

 

-Vas a tener que conformarte con ser un Cerdá cualquiera.

 

Me dijo bastante decepcionado. Un “Cerdá cualquiera”, es lo que era él según su criterio. En aquél momento era “pintor-decorador de aparatos de feria”. Zaragoza era entonces, año1975, una pequeña potencia europea en la fabricación de aparatos de feria. Había media docena de empresas que los construían. Mi padre era el encargado de pintar las fachadas de los trenes de la bruja o los frisos y columnas de los “scalextric”, o los módulos de los “voladores”...No le faltaba trabajo. Más bien, le sobraba.

 

Allí es dónde yo empecé a pintar y dónde se me instruyó para ser un “pintor eficaz”.

Me gustaría detenerme un poco en este término: “pintor eficaz”. Es muy importante.

Por aquél entonces no había ni plóteres, ni vinilos, ni ordenadores, ni nada por el estilo. Cualquier imagen que se viese en un muro, o en un autobús, o en una lona debía de estar pintada “a mano”. Para esto en una ciudad del tamaño de Zaragoza había no menos de una treintena de pintores capaces de reproducir “a mano” lo que se les encomendase. Debían de hacerlo lo más rápido posible y lo mejor posible. Lo que se cobraba no permitía estar mucho tiempo con cada asunto. Cuando me demoraba por lo que fuese mi padre me decía.

 

-Ves terminando que estamos perdiendo dinero.

 

Así, pintando y con un sinfín de libros de autoaprendizaje que aún conservo me fui convirtiendo en un “pintor eficaz”.

 

Mucho más tarde, cuando ya había pintado miles de metros cuadrados con los temas más diversos, fue cuando oí por primera vez la palabra “artista” refiriéndose a la ocupación de un chaval de mi edad.

 

-Ah, ¿Y en que disciplina?.

-Hace cuadros modernos.

-Ah. ¿Es pintor?.

-Sí, pero no como tú. Él hace cuadros de su propia creación e investiga sobre las posibilidades de nuevos soportes y nuevos materiales.

-Ah.

 

Yo, que pintaba las lonas con pintura de metílciclosanona; los aparatos de feria con poliéster y esmalte sintético; las columnas transparentes con unas lacas de nuestra invención y “a muñequilla”, no estaba investigando con nuevos materiales. ¡Había que joderse!.

 

Para resolver esto y para hacerme visible a los ojos de algunas señoritas de mi edad alquilé mi primer estudio y plante un caballete y me puse a investigar en lo que hiciese falta. Pero a lo que me negué, y aún me niego, por decoro, por no hacer el ridículo, es a llamarme a mí mismo artista. Es más me molesta que lo hagan los demás. Un “artista” será alguien que como mínimo haya hecho una “obra de arte” y eso no lo cumple casi ninguno.

 

Yo lo que soy, lo que sigo siendo, es un “pintor eficaz”. Hoy al servicio de mí mismo que me auto encargo los trabajos. Pero se los encargo al mismo pintor en el que me convertí cuando no “valía para estudiar”. 

 

Y de aquellas lluvias vinieron estos lodos.

 

 

 

 

7 comentarios

Marocha -

Ahora que acabo de leerte, me adivino cara de ternura. Y me explico.
Casi todo lo que has escrito y casi con las mismas palabras, me lo contaba tu madre en la camilla de mi consulta de fisioterapia.
"Y... ¡ahora se está haciendo una casa!¡en una borda! ¡sin agua ni nada! ¡Ay, este hijo!
Una gran mujer, ya lo creo. Valiente mujer.
Desde entonces, te sigo.
Un saludo.

jose -

pues aunque te siente mal....a mi no me queda más remedio que llamarte ARTISTA

ego -

Entiendo perfectamente el que no desees llamarte a ti mismo artista. Pero el que te lo llamen a ti no debería causarte enfado (a no ser que provenga de alguien que con mas pedanteria que gusto intente lamerte el culo, pues por lo que cuentas aqui conoces este tipo de gente a puñados).Sin embargo me atreveria a presumir que la gente que te llama por ese epíteto responde mas al tipo de aquellos, que con más devoción que criterio, te creen realmente un artista y otros, alguno habrá, que realmente y con conocimiento de causa te han colocado esos laureles sobre la cabeza. Ambos tipos creen realmente que eres un artista y aunque tu mismo no pienses en ti en esos terminos no hay que olvidar que a la hora de juzgar una obra el criterio del autor suele valer menos que una mierda.

maria araceli cayón -

Yo no conocía su pintura. Vi su obra por primera vez en la exposición de la Lonja, donde fui con un grupo de gente a la que Ud amablemente comentó la exposición como en una "visita guiada". Entonces me dí cuenta que uno de sus cuadros lo había visto anteriormente en una exposición de "pintores aragoneses" creo que en CAJALON (no estoy segura), y comprendí porqué me gustó tanto. Porque yo entiendo la pintura si me gusta, es decir, yo no se interpretar los cuadros, solo se si me gustan o no. Seguramente esto será fruto de mi analfabetismo en temas de arte?. Soy una humilde aficionada a juntar colores, y lo unico que voy a decir para no hacerme pesada, es que lo paso muy bien, y que algunas cosas me gustan y otras no, y entonces las rompo. Saludos.

nana -

Y aún dices que no dices mucho cuando hablas, o que es para llenar los absurdos silencios que a veces se producen?. Pepe ,cuando hablas igual que cuando escribes eres una persona muy interesante, gracioso a veces , provocador otras, pero casi siempre tierno y muy honesto. Es delicioso compartir contigo espacios en los que se te pueda escuchar, y es por eso que a veces a los que estamos contigo se nos borren las palabras.
No solo el artista es importante, es más en tu caso es lo menos importante, y eso lo he descubierto despues de admirar profundamente lo que pintas.

miki -

Segun el RAE artista.

1. adj. Se dice de quien estudiaba el curso de artes. Colegial artista.

2. com. Persona que ejercita alguna arte bella.

3. com. Persona dotada de la virtud y disposición necesarias para alguna de las bellas artes.

4. com. Persona que actúa profesionalmente en un espectáculo teatral, cinematográfico, circense, etc., interpretando ante el público.

¿CUAL DE ESTAS DEFINICIONES NO CUMPLES , MAESTRO ?

Javier -

Creo que has logrado ser eficaz en muchos ámbitos, sin perder tu esencia de descreimiento y búsqueda de la autenticidad. El término "artista" lo usan muchos para autojustificarse, pero no es tu caso. Otros usan este término para justificar a caraduras que se escudan en la bohemia para disfrutar de la vida lo mejor que pueden. Sigue como hasta ahora, escandalizando a la sociedad con tu descreimiento de el "arte" establecido