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pepe-cerda

Para que el mundo se pare.

Lo más complicado para mí del oficio de pintor es parar el mundo, parar lo que no es pintura para que sólo ella exista.

Para que el mundo se pare se ha de tener todo pagado, la casa, la declaración trimestral, y todas las milongas que se inventa el estado para hacernos saber a la sociedad civil que no somos libres, que estamos bajo sospecha y que se nos va a inspeccionar en breve y se nos va a caer el pelo.

Para que el mundo se pare se ha de parar también la cabeza, se ha de dejar de pensar en aquello que se quiso y no se pudo. Se ha de dejar de tener miedo, miedo al futuro, miedo al fracaso, miedo al miedo.

Para que el mundo se pare y sólo la pintura exista se ha de dejar de pensar en la pintura, en cómo lo hicieron otros, en qué se espera de uno como pintor, en que la mano te obedezca.

Para que el mundo se pare y sólo la pintura exista se ha de dejar de pensar.

10 comentarios

Inde -

Parece que el mundo se ha parado, finalmente... ¡hace días que no escribes! Supongo que estarás pintando, así que te imagino más o menos feliz, más o menos concentrado, y me alegro.

Carlos Miragaya -

Es que... mientras se piense no puede darse otra cosa. Menudo lorito es es pensar. Lo otro, lo existente cuando el lorito calla, podría decirse que es como lo que sigue quedando cuando se ha apagado la televisión.

Mamen -

Siento que hablas de una ENTREGA total... para ese "parar el mundo", antes se tiene que haber tenido casi todo, mas sin olvidar que has pensado y sentido también mucho-mucho... Olvidarse hasta de sí para crear...
Un saludo

luis -

esto lo diría Pepe aunque fuese fontanero, va en el carácter. A mí también me pasa.

carmen Inch -

Me gusta esta reflexión,un beso

Julio -

cerrar los ojos... mirar al cielo... ¿no es eso?

Javier -

Creo que lo de parar el mundo como cuando se quedan suspendidos en el aire en la película Matrix lo he conseguido muy pocas veces. Quizás solo en momentos de embelesamiento producido por alguna locura de amor juvenil. No sabía que para que se parara el mundo había que estar al corriente con Hacienda. Pero, pensándolo bien, si entonces no ganaba dinero y no tenía más bienes que la cartilla infantil, mi relación con Hacienda estaba limpia de polvo y paja. Pues sí que he tardado yo en enterarme de todo esto.

Alex Nortub -

Me parece que de lo que habla el Señor Cerdá es de otra cosa. No tanto de aislarse en una burbuja o esperar a que lleguen las musas, como de que hay un momento (también pasa escribiendo o follando) en que uno se olvida de todo, de lo que está haciendo, y entra en una especie de trance. Hay multitud de estudios científicos sobre el tema, sobre las areas del cerebro que se activan cuando uno realiza una actividad llamada creativa. No dudo que esto le pase también a un charcutero, un perito agrónomo o a un fontanero, pero el currante del arte inmerso diariamente en la tela, como supongo que hace el Señor Cerdá, tiene un mayor contacto con ese estado en el pensar no sirve de mucho.

ánonimo -

Este post es un poco mitificar la creación artística... como si se necesitara una burbuja que nos aisle del mundo para poder pintar, para poder crear... yo pinto todos los días, tenga ganas o no tenga ganas, tenga claro lo que quiera hacer o no, tenga que ir luego al banco o a Hacienda, es un trabajo, no una experiencia mística a la espera de la mano divina para crear..., las musas están en las horas que le metes...
No me gusta que los artistas vayan de artistas... por eso no me gusta que me digan que soy "artista"...yo currante del arte.

Alex Nortub -

Me alegra leerte decir esto. Ya sospechaba yo que, para que la pintura exista, el pintor debe dejar de pensar, olvidar sus miedos, olvidarse de si mismo.