De la idea de Dios.
La idea de Dios tal y como se nos ha contado desde el cristianismo por medio de las catequesis insulta a la inteligencia. Ese ser con barba blanca y túnica que creó el mundo en siete días no se lo puede creer nadie. Por mucha fe que se tenga ( fe no es “creer lo que no se ve”, la traducción directa del hebreo antiguo es “intima certeza” que no es lo mismo), eso no puede ser. Sabemos que esta representación de Dios con túnica y barba es una representación mítica. Como lo son las ninfas y los faunos en la iconografía clásica: son el modo de representar como la vida tiene origen a través del encuentro entre la lujuria masculina y la “virtud “ e “inocencia” femenina.
Cuándo se dice que Dios es el padre, quiere decirse que es el padre de todo: el origen de todas las cosas. Si se cambia la estúpida idea de que nosotros estamos hechos a “su imagen y semejanza”, o lo que es lo mismo “él es uno que se parece a nosotros”, por la idea de que no es “alguien” sino “algo”; algo a cuyas leyes obedece el universo entero (y por ende nosotros) la cosa ya empieza a cuadrar más para los sumos sacerdotes modernos que son los físicos teóricos. Empieza a ser más entendible para todos a través de la moderna creencia más común en los últimos siglos: lo cartesiano Si entendemos por sagrado aquello que sabemos pero no comprendemos; aquello que aún no explica nuestra razón pero que quizás ya explicará, aquello que intuimos cierto, la cosa empieza a ser más digerible.
No debemos olvidar que enarbolando la razón, lo razonable, hemos envenenando medio planeta porque no se había demostrado que los pesticidas fuesen nocivos para los humanos. Hemos exterminado centenares de miles de especies vegetales y animales. Hemos quemado la practica totalidad de los hidrocarburos del planeta. Y lo que es más grave y el origen de todos nuestros males: nos hemos reproducido hasta niveles insoportables para el planeta y el resto de los seres vivos. Y ahora viene mi reproche a la iglesia que defiende y difunde la religión católica: la iglesia que defiende el origen divino de la vida (entendiendo por vida a defender sólo la de los “hijos de Dios”, la vida humana, a los demás seres que les den ) .La que defiende la multiplicación ilimitada por aquello de “creced y multiplicaros”. Esta idea, con casí siete mil millones de almas en el mundo es casí una idea terrorista.
Ese Dios, o ese algo origen de todo, lo será por igual de todas las cosas y, lo más importante: antes de ser “algo” será una idea, o manía, o particularidad de los humanos, a la que apelan cuándo tienen miedo o las cosas van mal.
Por todo esto yo, al igual que Dios nuestro señor, también soy ateo.
9 comentarios
Port Meadow -
Chesterton
Maria Magdalena -
luis -
miguel -
Añex Nortub -
Entrenomadas -
Saludos,
Pepe Cerdá -
Aprovecho para pedir disculpas por este vicio mío de pensar por escrito y contar tantas verdades de Pero Grullo. Pero es que no lo puedo remediar.
A ver si te enteras -
El panteísmo es la creencia de que el mundo y Dios son lo mismo, es más una creencia filosófica que religiosa. Cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios, que es concebido como el actor divino que desempeña a la vez los innumerables papeles de humanos, animales, plantas, estrellas y fuerzas de la naturaleza.
El panteísmo es incompatible con la creencia en un Dios personal, de ahí que para algunos sea una expresión del agnosticismo.
Sin embargo también aporta un nexo de unión entre diferentes religiones, por ejemplo hay poca diferencia entre esta visión o el que para los budistas "el uno es el todo".
G. -
Por otra parte, creo que aciertas en lo esencial: la peculiaridad más destacada del cristianismo es la creencia, íntima convicción, de que en cada ser humano hay un elemento divino, una chispa divina (POR DIFÍCIL DE CREER QUE SEA EN ALGUNOS CASOS), que lo convierte en sagrado e inviolable (o así debería ser). En otros términos, que no se debe tratar a una multitud como un rebaño. Aunque a alguien tan nietzscheano como tu le suene raro.