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pepe-cerda

¿Crisis?, ¿qué crisis?.

Después de estos años de bonanza especulativa en España, tolerada y auspiciada por el estado y su sinónimo: el sistema financiero, los grifos de la pasta fácil han dejado súbitamente de manar.

A los acostumbrados a la pasta gansa y creciente se les ha acabado el chollo de repente y braman a quién les quiera oír que hay una crisis tremenda y estructural. Exigen una solución política y urgente para seguir llenándose el buche.

Sin embargo, los paniaguaos retirados de la vida por la administración con la panoja de los impuestos de los demás dicen que no hay de qué preocuparse, que no cunda el pánico que esta crisis no es una crisis, que se trata sólo de una “desaceleración” mientras disfrutan de sus moscosos y trienios.

Los que ni las hemos “trincao” a saco en estos años buenos ni hemos tenido la precaución de conseguir una buena canonjía institucional en la cosa de la cultura somos, como siempre, los que vamos a pagar el pato y, sin embargo, somos los únicos que no nos quejamos.

¿Curioso?, ¿No?.

1 comentario

chime -

Es curioso, justamente el otro día pensaba sobre esa "inmensa crisis" que dicen que se avecina. Oigo muchas voces de gente que con su muy buena situación económica se queja de que a ver cómo va a pagar la hipoteca de su casa de la playa y o la de la montaña, y eso mientras abren su bolso de marca estupendísima. Hoy en concreto hablaban de los 600 euros que cuestan las 20 fotos de la comunión de su hija, "y eso que es el pack económico" . "Eso sí preciosas! " " Es que nos cuesta un pastón la comunión de la niña " Y claro yo calladita, asintiendo como lo más natural del mundo, y sintiéndome un bicho raro. Y es que estamos atontaos. Que la situación económica emperora creo que ya lo llevamos viviendo un par de años, pero como tú dices , los de a pie, sin grandes aspavientos, nos vamos adaptando, y te vas privando de cosas, y acortas tus vacaciones y tus hijos heredan ropa, pero de la forma más natural, un poco como hacían nuestros padres. Y te vuelves a ir a comer bocadillos al campo en lugar de ir de restaurante, o sales en bici en lugar de ir a la bolera..., es como volver la vista a todas esas diversiones de antes, que no exigían tener la billetera encima, al revés hasta te la dejas en casa porque te molesta. En fin, que me parece que tampoco está tan mal un poco de crisis. Nuestros hijos puede que hasta nos lo agradecen el día de mañana. Y realmente resulta curioso que no nos quejemos , o simplemente lo justito. Yo creo cuando nos quejamos a voz en grito nos estamos olvidando demasiado rápido de dónde venimos, y nos queremos instalar en nuestro nuevo status como si esa bonanza económica ya hubiese incluído a nuestros antepasados, una especie de pedigree, y de eso nada...