Trastorno bipolar.
Tengo un problema que cada día que pasa se agudiza más y es este: detesto el mundo del Arte. Es algo ya casi físico. Cada vez que estoy en una manifestación cultural del tipo que sea: inauguración, estreno, jura de bandera o lectura poética y veo la cara de impostado interés, los peinaos y tintes de las amantes de lo cultural, los de los pendientes y rapaos, los seudo estudiosos del asunto con aire de importantes, los pelotas, el galerista de moda, el editor marginal, las chaquetas negras estilo Mao y abotonadas hasta arriba y el pelo canoso, tipo los dueños de Tous, y todo eso me pongo de mala leche. Ya sé que no debería, que eso es lo que le pasaba a Millán Astray en Salamanca, por eso digo que tengo un problema y que debo curarme. Es como un trastorno bipolar, como ser un sádico misericordioso, un militar pacifista, un ascensorista claustrofóbico, una puta que se corre, un abogao que se acalora. Ninguno de los enumerados valen para su oficio. Por eso no valgo yo, un pintor que detesta el mundo del arte. ¿Se dan cuenta del drama?. ¿conocen algún especialista capaz de tratarme esta fobia que va a acabar con mi maltrecha carrera?
1 comentario
beatriz pais -
Bueno, afortunadamente yo no soy "artista plástica". Soy médico, y podría sonrojarme al sentir que alguien alude a mí cuando habla de "la clase médica", o "los facultativos especialistas en salud". Lo haría si no fuera porque me resbala y ya ni lo oigo. y porque a mis amigas luego se lo cuento y nos reimos mucho.
Es posible que algunas cosas puedan ayudarle a superar su fobia. Yo,dado que pide ayuda, - aunque retórica, lo sé, pero tengo ganas de jugar -,le recomendaría lo siguiente.
Primero: hacer lo que a uno le sale de dentro hacer, sin pretender ser artista ni nada: si le gusta pintar, o si es lo que sabe y quiere hacer, pinte, como los niños, sin pensar que está pintando; si lo hace bien, además venderá cuadros, y si no, que le quiten lo bailao.
Segundo: huír como de la pólvora de encuentros corporativos de "tenores huecos". Es importante que la barrera de nuestra piel se active para no dejar penetrar sustancias tóxicas, (andamos muy relajados en ese aspecto, cuidamos lo que comemos, lo que fumamos, pero poco lo que vemos y oímos, como si eso fuera inocuo)y aunque la piel sea de poros prietos, no es bueno exponerse en demasía, que lo de la ósmosis existe, y es cuestión de concentraciones a ambos lados de una membrana.
Tercero: como estará pensando que eso es fácil decirlo cuando no se juega uno los cuartos, y tiene razón, añadiré que, cuando sea necesario salir a pasear por el circuito, si considera que realmente puede sacar algo serio de ello (el sustento, algún encargo que le permita despreocuparse de las lentejas, en fin, no tonterías como figurar o que hablen de uno para alimentar el ego, que eso no tiene nada que ver con pintar), en esos casos seleccionados, digo, tenga en el perchero un disfraz apropiado. Sea generoso en el grosor y calidad de su tela,(el neopreno, que sería óptimo, no se lo recomiendo, en cambio, porque a pesar de las precauciones, todo puede salir mal, y acabar uno necesitando dar algún puñetazo, o salir corriendo, a ambas cosas, y es sabido que el citado material inmoviliza y es pesado)dótelo si es posible de orejeras, y cálzeselo al salir. Disfraz de tipo del montón, de "artista plástico" si fuere preciso. Sea consciente de que está representando una farsa, que usted en realidad se ha quedado en su casa con pantuflas. Porque es en su casa donde pinta, ¿no?Es decir,tiene el privilegio de que lo que usted hace bien, y de lo que vive lo hace a solas y lejos de esos escenarios, ¿no? Pues no malgaste su tiempo. Vaya a lo imprescindible, y con disfraz.
Y por último,ríase mucho, - si es posible en compañía de algún amigo bueno que aún no se haya dejado adulterar -, de los payasos. Como los niños. Aunque esto debe hacerlo en privado, por lo que dice de su maltrecha carrera, no querría yo empeorarle las cosas, y este tipo de payasos hace gracia pero no tiene sentido del humor; no corra el riesgo de que le pillen en plena carcajada. Son muy tontos, no lo olvide. Se ofenderían.Limítese a mirar de reojo a su amigo cuando se oiga llamar cosas de ésas que no es. Y aguante la risa hasta llegar a casa.