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Ferlosio, cada día más grande...

FARO DE VIGO - 7/6/2007
Rafael Sánchez Ferlosio, escritor. Premio Cervantes 2004: "La memoria no es más que venganza"

"Lo más patético de Estados Unidos es que se sienten cargados de razón", asegura Sánchez Ferlosio. / Víctor Echave

"La guerra destruye y degenera moralmente a un pueblo: al vencedor y al vencido", advierte el autor de "El Jarama", una obra de la que no quiere hablar: "No lo aguanto. A mí las ficciones me gusta pensarlas".

Santiago Romero / A Coruña
Rafael Sánchez Ferlosio, premio Cervantes 2004, eligió el pasado fin de semana el Ateneo Republicano coruñés para la primera presentación española de su libro Sobre la guerra (Editorial Destino), debido a la relación personal del escritor con algunos de los miembros de la institución republicana coruñesa. A un palmo de distancia, Ferlosio, indiscutible maestro de la escritura y una de las voces más heterodoxas y libres del panorama intelectual -últimamente viciado por una elemental visión binaria de la realidad española-, desmiente su fama de huraño.
- ¿Vio una superproducción de Hollywood titulada Los 300?
-Yo no voy al cine hace ya doce o quince años.
- Es una revisión de la batalla de las Termópilas en clave de cómic.
- Lo sé. Pero es una revisión absurda, por lo que me cuentan. ¡Los espartanos van desnudos, como salvajes, no van vestidos de hoplitas! Es todo falso. Los espartanos no eran unos salvajes, eran combatientes implacables. Existe la anécdota famosa de que Jerjes mandó un espía poco antes de la batalla. Va, mira y vuelve. "¿Qué están haciendo?", le pregunta Jerjes. "Se están peinando"´, responde el emisario. En un primer momento no comprenden, hasta que un consejero de Jerjes rompe el silencio: "Entonces es que van a batirse hasta morir". Yo me imagino de una forma muy bonita como se peinaban: lo hacían en rueda, el de atrás peinaba al de adelante. De bárbaros, nada.
- Leónidas habla en Los 300 como el Capitán América: dice que van a salvar el mundo libre. Parece un producto propagandístico más sutil y eficaz que la primera onda patriótica de burdas películas sobre tormentas en el desierto. Su mensaje devuelve a la actualidad la vieja tesis de Spengler de que la fuerza es el sostén de la civilización.
- Sí, eso que decía de que a la civilización la ha salvado muchas veces un pelotón de infantería. También el mentecato de Ortega creía en eso. Pero sólo puede salvar la civilización para una parte, destruyendo la otra. ¿Qué salvación humana es esa? Esa rehabilitación de tebeo no es nueva en Estados Unidos. Cuando empezaron a hacer hipótesis sobre dónde se escondía Bin Laden, hubo una serie de dibujantes que se inventaron verdaderas instalaciones tecnológicamente muy avanzadas perforadas en la roca de las montañas, que en Afganistán no son pequeñas. Y mentaron hasta puertas gigantescas que se abrían y cerraban automáticamente, ascensores. Yo decía a mis amigos que había surgido una conjura neopiranesiana, por aquel Battista Piranesi que dibujaba espectaculares grabados de edificios imaginarios.
- ¿El atolladero americano en Irak puede echar por tierra esa visión de que la guerra es en última instancia el arma política más eficaz?
- Ahí lo mas fuerte y lo más patético de los Estados Unidos es una cosa que dijo el director de Le Monde, Jean-Marie Colombani. Lo malo de los Estados Unidos es que se sienten buenos. Los americanos se sienten cargados de razón. No son capaces de sentirse malos. Tienen terror al sentimiento de culpa.
- Graham Greene vino a decir lo mismo, quizás con mayor mordacidad, cuando lo de Vietnam. "Los americanos no son peligrosos por malvados sino por necios", dice uno de sus personajes en la novela El americano impasible, ambientada en Saigón.
- No sé si son peligrosos por necios. Desde luego son más necios que malos. Son tremendamente moralistas. Ahora, moralistas fundidos con la religión esa evangélica. No hay nadie peor que una gente que tiene tan buena conciencia que en nombre de eso se permite hacer barbaridades. Yo siempre he creído lo contrario de lo que decía Dostoievski: cuando no hay Dios, todo está permitido. No. Cuando hay Dios es precisamente cuando todas las barbaridades están legitimadas.
Éste es un momento muy peligroso, porque la solución para ellos sería un eficaz bombardeo sobre Irán. Salvaría el Ejército y el gop, el partido republicano, porque si hay un buen bombardeo en Irán y tiene repercusión, aunque todas las naciones lo censuraran, la opinión pública americana se daría la vuelta.
- Supongo que eso tiene que ver con lo que decía Susan Sontag acerca de "la lujuria de la opinión pública por los bombardeos en masa".
- El cuarto de los fines oficialmente declarados en su día de la operación de Panamá era la experimentación en combate real del avión Stealthy en el bombardeo del barrio del Chorrillo que -remedando al obispo de Beziers en la cruzada contra los albigenses: "matadlos a todos, que Dios conocerá a los suyos"-, intentaba cazar a Noriega y dejó un número de muertos estimado como en un tercio de los que se produjeron en el derrumbamiento de los dos rascacielos iguales.
El glamour del bombardeo al que se refiere crudamente Sontag apunta a que la política de su país se ha convertido en psiquiatría. La lucidez de Sontag da la clave para interpretar el verdadero fin de los bombardeos de Afganistán, Irak y los que puedan estar por venir: su alta eficacia psicoterapéutica para las almas norteamericanas.
- ¿El avispero de Irak está ligado a la administración Bush o hipoteca lo que venga con otras formaciones?
- Bush se parece mucho a la media americana. Tiene mucha afinidad con el antiintelectualismo y con la elementalidad. ¿Cómo se puede razonar con halcones y palomas, con poder duro y poder blando? ¿Qué términos son éstos? Es una elementalidad de la mayor pobreza. A los americanos no les gusta nada la diplomacia, les parece un ejercicio muy accesorio. Kissinger quiso hacer una diplomacia, pero siempre hacía una diplomacia donde había concesiones a las necesidades de autoafirmación de los americanos. Y no se pueden privar mucho de esa autoafirmación patriótica porque entonces se deprimen y tienden a la autoflagelación.
- Ya que sacamos el tema de los tebeos... Un célebre dibujante francés, Moebius -que sería el primero en saltar a Hollywood en grandes producciones como Alien o Blade Runner, anticipó a finales de los 70 en La saga del Incal una realidad insospechada: los bombardeos televisados como principal ingrediente de ocio de una sociedad decadente. Lo vimos por primera vez años después en la guerra del Golfo.
- Sí, Bagdad parecía un árbol de Navidad, según dijo un piloto americano. Pero las consecuencias -los muertos- no pueden verse. Hay una gran censura de imágenes. Nunca vimos a los soldados enterrados vivos por las excavadoras en las trincheras.
- ¿Puede la guerra brindar en algún caso una oportunidad de lección, como en el caso de la Guerra Civil española?
- No, la guerra destruye y degenera moralmente a un pueblo. Al vencedor y al vencido.
- Quiero decir, en el contexto de la recuperación de la memoria histórica, si nos puede permitir alguna posibilidad de aprender el volver la vista a la guerra setenta años después.
- No, a mí me parece que la memoria no es más que venganza. Debían haber ardido muchos más papeles de los que han ardido. Debía de no poderse saber demasiado. Qué quiere decir una criatura de 20 años que hoy dice que a su abuelo lo mataron los rojos o los nacionales.
El victimismo puede ser hoy una patología en este país, empezando por las víctimas del terrorismo. Dicen que el PP explota a las asociaciones de víctimas... Las víctimas son las primeras que se explotan a sí mismas y a sus muertos y los venden al kilo, salvo alguna persona que tiene mucha dignidad. La memoria es peligrosísima. La llamada "memoria histórica" es puramente vengativa, Además, ahora no se va a resucitar la herencia por la sangre, con la que se llamó en tiempos venganza de sangre, que podía durar generaciones.
- ¿No favorece esa actitud la impunidad?
- El derecho de la sangre -el derecho a la venganza, que es lo mismo- es una cosa de sociedades tribales y estamentales. Se ha olvidado ya que ser justos es comportarse con justicia. Ahora ser justos es per´seguir a ultranza la impunidad, no comportarse justamente, aquilatar las injusticias que se cometen y arreglarlas. Por ejemplo, Bush, a la venganza de Estados Unidos contra Afganistán le llamó Justicia Infinita. Si hubiese que contar las impunidades que ha habido en este mundo... ¡Madre mía!
- Hay quien profetiza una rebelión social en las calles europeas. Voces como Günter Grass advierten del riesgo de que la economía global sustituya a la política de los Estados.
- La manifestación más evidente del debilitamiento de los Estados es la sublevación general del público. Apedrean e incendian. Está toda Europa sublevada. Hasta los daneses, esa especie de japoneses europeos, también incendian. No se puede decir que haya agresividad, porque raramente van contra las personas, pero la rotura de escaparates o quemas de coches no son, por ejemplo en Francia, una excepción del año pasado, están funcionando todo el año, no en esa cantidad, que era a dos mil diarios, pero está renovando continuamente el parque automovilístico. No le vendrá mal a las compañías fabricantes...
- Recientemente alguien sacó a colación su nombre para recordar que cuando le dieron el Cervantes se definió usted como un worst seller (peores ventas). Se echaba en falta en estos tiempos la paciencia del verdadero creador frente a la inmediatez de la cultura de consumo.
- A mí no me gusta ir a la caseta de la feria del libro porque no he firmado nunca ejemplares, puede ser por amor propio, por no hacer el ridículo. Porque este mismo libro que acabo de presentar, es pesado de leer, interesa a muy poca gente. El tema es además desagradable y ahora se lleva esto de que hay que ser positivo. Yo, es que soy viejo casi de nacimiento, ¿sabe?
-Una encuesta revelaba que El Jarama es la tercera novela más importante del siglo XX ¿Le tienta el retorno a la ficción?
-No hablemos de literatura, y menos que nada de El Jarama, que no lo aguanto. A mí, las ficciones me gusta pensarlas.
-¿Cómo aquel Funes el memorioso de Borges, que imaginaba novelas que nunca escribía?
-Sin llegar a tanto, claro.
Ferlosio es un espíritu abierto que no hace concesiones a la nostalgia. Lima con amable ironía el entusiasmo de mis recuerdos de la movida antifranquista -"no sé si ve usted con colores demasiado vivaces aquellos años"-, y desmitifica "aquel mediocre" mayo francés del 68. Ni siquiera estaba al tanto de que el cantante Jorge Drexler ha escrito una canción basada en un estribillo de su hermano Chicho Sánchez Ferlosio -`Yo soy un moro judío/ que vive entre cristianos/no sé quién es mi Dios/ ni quiénes son mis hermanos´-, en la que revisa ese sentimiento de exclusión en clave inmigrante contemporánea.

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