El especialista y el diletante.
Ayer, en una especie de fiesta que siguió a la inauguración de un pintor amigo, estuve charlando con un historiador de arte. Me dijo que me leía en este blog de vez en cuando y que le divertía. Pero que no estaba tan de acuerdo con las afirmaciones que suelto tan alegremente sobre las últimas obras de algunos maestros. Le pedí perdón por la intromisión, pero creo que se me notó mucho que mi arrepentimiento no era sincero. Le dije que no pretendo aportar nada a la historiografía del arte que los historiadores tan doctamente gestionan; que tan solo pretendía explicar lo que a mí me parecía.
Le dije, también, que yo no soy historiador. Soy solamente un pintor que lleva muchos años intentando desentrañar el misterio de la obra de arte, con escasos resultados hasta el momento. Para eso he leído desordenadamente lo que ha ido cayendo en mis manos al respecto. Soy un obseso de los libros de técnicas pictóricas antiguas, de anatomía o de dibujo. También de cualesquiera libro que dé noticia de cualquier artista pretérito o contemporáneo. O de aquellos que reflexionan sobre el arte en general o en particular, siempre y cuando se expresen en castellano o francés legible y ameno para un bachiller medio, cosa que no siempre ocurre entre los especialistas que se ocupan de la cuestión, que a menudo emplean una jerga ininteligible. Pero todo esto lo leo sin orden ni concierto y sin la sistemática necesaria para hacer un trabajo serio al respecto. Tampoco lo pretendo, sólo quiero explicarme a mí la cuestión, pero sin darle excesiva importancia, como un juego.
Me replicó, que la historia del arte no es un juego, que no se puede decir nada que no pueda probarse fehacientemente y que tenía que aclarar en este blog, que lo que yo escribía era ficción y sólo ficción.
Cómo ya me estaba empezando a cargar y no tenía ganas de reñir, le agradecí su interés y me largué.
Yo confío en la inteligencia de los lectores para discernir entre los hechos objetivos y probados, y las especulaciones que yo pueda hacer. ¡Faltaría más!.
Lo que no me termino de explicar como ellos pueden llegar a las conclusiones que llegan leyendo tan solo documentos, facturas, fichas policiales y partidas de bautismo. Cómo pueden pontificar sobre pintura sin haber dado un brochazo en su vida, sin saber de la dificultad que entraña traducir el mundo a grasa coloreada.
9 comentarios
Ivani Medina -
http://cafehistoria.ning.com/profiles/blogs/paguei-pra-ver
LG -
historia del arte y NO HE
APRENDIDO NADA que merezca
la pena el esfuerzo.
Delia -
Gatopardo -
Aterriza: son cretinos infatuados y punto. Los hay en todas las profesiones, pero los más bestias son los semióticos, sin punto de comparación
Luisa -
Fernando -
Almalé -
Fernando -
Feliz año
benedicto 16 -