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pepe-cerda

Tontos superlativos

Tengo un amigo que tenía una gran empresa en el campo de la distribución alimentaría.Hace ya unos lustros la vendió a un grupo mayor. No sé si saben que cuando se vende una gran empresa los compradores suelen exigir que se quede el gerente anterior durante un tiempo hasta que los nuevos aprenden a pilotar el nuevo buque.
Mi amigo recibió al nuevo gerente que le causo una gran impresión: master en dirección de empresas, economista, políglota, emprendedor, con nuevas ideas a aplicar, fruto de su análisis de empresas similares en Estados Unidos y Alemania. Impresionante.
Sigue causándole una gran impresión. El otro día refiriéndose a él en una conversación me dijo:

-Era un chico preparadísimo, con gran cantidad de ideas y muy trabajador. ¡Fíjate si sería trabajador que logró perder mil quinientos millones el primer año!. Cosa, créeme, dificilísima, en la saneada estructura que yo le dejé.

Algo de esto suele pasar con los nuevos gestores que cada cierto tiempo se instalan para dirigirnos en las instituciones. Llegan cargados de ideas y tienen prisa por ponerlas en práctica ya que las elecciones acechan a la vuelta de la esquina. Los desastres de gestión se notan menos porque su oficio, al contrario que el de mi amigo gerente, consiste en gastarse el presupuesto asignado, y si se gastan un poco más, tampoco pasa nada.

Y es que la sabiduría, la verdadera, consiste en saber esperar, primero esperar paciente y humildemente a que las cosas te vayan entrando con la cadencia que ellas quieran en la cabeza; después en ponerte a favor de las circunstancias, del mismo modo que se usa el viento en un velero para mantener el rumbo, que es a lo máximo que se puede aspirar, que la velocidad ya la decidirá la climatología. Pero este pensamiento está cada vez más alejado de las mentes de los que nos dirigen. Y la cosa va a peor, todos los que tienen posibles e hijos adolescentes compiten entre sí para que los niños aprendan idiomas, piano, equitación. Luego para sacarlos al extranjero y para que estudien Marketing, mientras aprenden los nuevos modos de ser “pijo” en el extranjero.
Después, ya “formados”, para que entren de “chico de los recaos” en alguna multinacional con nombre rimbombante para que los papas lo puedan contar en las cenas. Y luego a casa a dirigir la empresa familiar, en el mejor de los casos, o al paro o la política, en el peor.

Y es que la estupidez no se quita en el extranjero si no sales de los colegios mayores y recibes la pasta de casa. Lo que se suele conseguir con este proceso acelerado de formación es un estúpido ilustrado; que es un estúpido superlativo. O por decirlo en palabras pronunciadas en un debate parlamentario por Don Salvador de Madariaga refiriéndose a un diputado en Cortes de la época que era políglota:

-Don fulano es tonto en cinco idiomas.

Cosa perfectamente posible.

6 comentarios

zapatero -

entonces tu amigo ignoraba el viejo aforismo según el cual hay tres formas de arruinarse: con las mujeres, con el juego y con un economista. Con la primera es divertido, con la segunda emocionante y con la tercera seguro.

Gato Negro -

Me cambio de país, de barrio y de blog.

Anónimo -

Querida? Gato Negro:
Pero tú sabes cuántos gatitos negros me tomo para desayunar? No tengo ni pa´empezar contigo, así que no me tientes...

Gato Negro -

Pepe:
Io parece amansado por completo. ¿Dónde está el Io rompedor y heterodoxo? Qué opinión más sensata y esperable en un profesor universitario, en un funcionario o en un burócrata cuerdo y asentado en su menester, pero que no se ajusta a su perfil de iconoclasta algo rabioso y en el exilio.

Felicidades por el ingreso entre tus lectores del poeta y escritor Miguel Carcasona Buj, hombre de bien y de talento. Soy la presidenta de su club de fans.

Por cierto, si estás resentido por algo, ya avisarás... En el barrio tenemos una bandas de chicas más fuertes que yo: "Los ángeles de Charlie en Miralbueno..."

Miguel Carcasona -

Generalizar es malo y los conocimientos nunca sobran, pero creo que Pepe se refiere a quienes, tras adquirir conocimientos teóricos - o el título por el que los demás suponemos que los poseen - van por el mundo como gallitos que desprecian al resto de los mortales ignorantes, olvidando que, en cualquier faceta de la vida y más en el mundo laboral, lo principal es tener sentido común y experiencia y, cuándo ésta no se posee, la humildad necesaria para adquirirla; un máster - el de la humildad y la sensatez - que, según creo, no incluye ninguna Universidad en sus planes de estudio o de post-grado.
P.D. Al antispam me dan ganas de contestarle lo del chiste de Eugenio. "Pues como no me den más datos..."

Anónimo -

Querido Pepe:

Creo percibir cierta nota de resentimiento en tu último escrito. Tontos con idiomas los ha habido y los habrá siempre, pero, en principio, cultivarse y querer cultivar a los tuyos es en sí mismo positivo. Tan ridícula es la pose de pijo del Bº de Salamanca con MBA en el Instituto de Empresa o del parisino XVI que ingresa en la ENA como la del ultramontano que piensa que todos los que van por ese lado son tontos. Generalizar es siempre malo, aunque a veces nos veamos obligados a hacerlo. Lo importante no son los conocimientos, sino cómo se utilizan. Pero los conocimientos nunca sobran.

(io)