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pepe-cerda

Vuelta a casa.

Vuelta a casa. Semana en Cheronnac, en pleno Macizo Central Francés, entre Limoges y Anguleme. Sin cobertura de teléfono, sin internet, con cinco buenos amigos y una docena de libros. He leído la biografía de Godoy de González Santos, “La caída de Bagdag” de Jon Lee Anderson, “Mis peripecias en España” de Troski, (gran escritor de viajes, para mi sorpresa) y partes de “La estructura de la realidad” de David Deutsch.
He paseado bajo colosales árboles y he pintado una docena de acuarelas al borde de los lagos que trufan la zona. Aún a sabiendas que lo que se entiende por “pintoresco” es precisamente lo que jamás debe pintarse. Pero hace ya mucho tiempo que no hago “lo que debo”, y es que ya empiezo a estar mayor para “hacer los deberes”
El hecho de trabajar al aire libre me ha reconciliado con el gozo de pintar, como excusa para estar un rato escudriñando el paisaje e intentando reproducir la mágica luz que se cuela entre las ramas de los árboles para reflejarse en el lago.
Nada más pisar España me he comprado El Pais y me he tomado un café para hojearlo. En el Babelia entrevista a Richard Serra. En la foto con cara de malo y vestido de negro escudriña al lector. El “inventor del espacio” (como no se les caerá la cara de vergüenza a los que redactan este tipo de titulares) ha instalado ocho esculturas que ocuparán los tres mil metros cuadrados de la sala más grande del Guggengein en las próximas dos décadas. El escultor anima al público a descubrir las sensaciones que provoca la circulación por sus “figuras” (sic) de acero. Debe de ser como un acua-parc pero de acero. A ver si consiguen su objetivo y van el suficiente número de visitantes. Por mi parte, ya me veo aguantando la sentida descripción de las sensaciones que provocan las piezas en las próximas cenas. Todo sea por el bien de la hostelería Bilbaina.
A mí Richard Serra me recuerda al escultor nazi Arno Breker. Los dos necesitan del poder para realizar su obra colosal. Los dos imponen a través de este vehículo sus obras, los dos necesitan de grandes espacios en exclusiva. El tamaño y materiales de sus obras imponen, avasallan por si mismos, son una parte importante da la obra. Ambos son pues artistas excluyentes. Nadie más que Richard Serra podrá exponer sus obras en la sala grande del Guggengein en los siguientes veinte años, y ya veremos si dentro de cuatro lustros hay presupuesto para sacar las toneladas de acero de allí.
Yo prefiero descubrir a ser avasallado, pero yo no soy ejemplo de nada, dicho sea de paso, máxime cuando en una pequeña carpeta al lado del periódico desde donde me mira, autoritario, Richard Serra, está mi humilde obra de esta semana: la docena de acuarelas de lagos y árboles.
Cuanto más miro la foto de Richard más me acojono. Seguro que sabe que no he hecho los deberes. Voy a cerrar el periódico y a guardar mis acuarelas.
Estoy otra vez en casa.
Y es que como fuera de casa no se está en ningún sitio.

11 comentarios

lamasmala -

querido Pepe: de vez en cuando me encuentro a alguien en zaragoza que me habla de ti ... un día entré en la galería de fernandito latorre y vi una acuarela tuya ... yo .. que había visto tus oleos ... aquellos, los primeros ..., y te busqué .. te busqué físicamente ... en una foto que yo conservaba ... y también te busqué aqui ... que sorpresa ... que agradable sorpresa ... querido Pepe

Luis Augusto -

Se estila mucho creer que hay "una verdad" en el Arte. No hay VERDAD en el Arte.
Por eso no me gustan los Pontífices, señores que "pontifican".(se les reconoce por lo serios que se ponen y se sienten).
No se puede sentar cátedra desde la seguridad absoluta,Eso no existe.

Anónimo -

No lo es el Guernica, que no fue creado en el contexto de la cultura espectáculo, sino que constituye la última pintura política de la historia.
Sí lo son, a escala local, quienes tú citas. Sin querer negarles tampoco el pan y la sal, es evidente que han utilizado los mecanismos de la industria del entretenimiento para alcanzar un status-cotización conveniente, sacrificando en el camino la búsqueda de la auténtica creatividad que quizás pudo impulsarles en sus inicios, dedicándose en definitiva a hacer hábiles fotocopias de su marca registrada.

(io)

davicius -

De acuerdo con la idea de la "cultura espectáculo". Pero, yo sigo prefiriendo que la gente vaya a esos museos/escenarios, y no que se queden vacíos.... La cultura nunca puede ser excluyente, a no ser que lo que quieras es cultivar esa forma de elitismo cultural que tanto gusta a algunos críticos.
Porque además, ¿dónde trazas la frontera entre lo que es cultura-espectáculo y lo que no lo es? ¿Lo es Serra (seguro que sí), lo es Tapies, lo es Barceló, lo es Chillida......? ¿no lo es (o al menos en eso lo hemos convertido) el Gernika?

Anónimo -

Mis valoraciones sobre la obra de Serra se refieren a que oculta su totalitaria vacuidad esencial tras un deshumanizador gigantismo materialista, aprovechando la grandilocuente algarada crítica ("el inventor del espacio") apoyada en la profunda incultura generalizada para pretender hacernos comulgar con ruedas de molino...

Cultura espectáculo para turista con mariconera, Guggenheim-kleenex en Las Vegas, la Harley y Armani entran en el museo, ceremonia de la confusión, conjura de los necios, reflejo del desconcierto de una sociedad anestesiada, era del vacío descrita por Lipovetsky, signo de los tiempos.

(io)

davicius -

¿Por qué vuestras críticas a Serra se reducen al tamaño de sus obras y no a lo que intenta transmitir con ellas? El arte, según me han enseñado, y he aprendido a entender, no es una cuestión de formas, tamaños o colors, sino de sensaciones. No son menos interesantes los grandes formatos de Goya o David que las pequeñas tablas de los renacentistas....., son simplemente diferentes concepciones para una misma idea....

Almalé -

jajaja... es interesante leer tu crítica sobre Richard Serra.

Y sobre la ciudad de Bilbao me quedo con el Museo Provincial (una delicia).

Un abrazo

Anónimo -

Querido Pepe:

Me uno al luto que deseas guardar sobre V.M.
Tan sólo apuntar que se trata de un ejemplo de cómo la poética romántica del misticismo y la provinciana voluntad de hierro es capaz de suplantar la más elemental pericia pictórica. Cómo pintar a sangrientos cabezazos contra la tela y cómo ser conscientemente devorado por el sueño de la razón. Mira, al lado de Aguayo, también profundamente aragonés, es el pintor de las cavernas frente a Velázquez. Ambos, en cualquier caso, cabales ejemplos de compromiso ético con su propia estética, de todo lo que no tiene cabida en el totalitario panorama actual de los artistas excluyentes.

Descanse en paz.

(io)

pepe cerdá -

Querido io.
Vivtor Mira es el empeño. Un poco como Aguayo, pero en otra época, donde el marqueting o gramática parda van a jugar un papel muy importante.
Me siento incómodo hablando de Victor Mira porque le conocí, porque era de aquí y porque su muerte está todavía muy reciente. Aunque, efectivamente, es el icono más reciente del artista que se inmola.

Anónimo -

Nos adentramos en el terreno de la industria de la cultura-espectáculo, al que pertenecen por otro lado casi todos los popes que se nos quieren vender. Cada país tiene el suyo: los británicos tienen a D. Hirst, los franceses a Boltanski, a nosotros nos dan la vara con el Barceló...etc.
La exposición de Serra debe de ser un horror, paradigma de la confusión, tan extendida hoy, entre espectacularidad e intensidad. El intenso desvelamiento de la verdad última de las cosas que permite la auténtica creación siempre aparece de manera sutil, nunca se impone. Podemos hallarla en una acuarela, o en Las Meninas, o en cualquier modalidad sincera de actividad artística. No necesita de esta absurda megalomanía, ni de los aspavientos, ni de las vacuas construcciones teóricas, ni de la deshumanización insana a la que recurren estos hábiles mistificadores. Hoy en día, por desgracia, nos invade la tiranía del gigantismo y los "artistas excluyentes" (relléneme el espacio de la Sala de Turbinas, patrocinado por...).
Odio el Guggenheim Bilbao, me parece un horror estético y ético, un espanto al que sólo queda el recurso de abrumar al hombre.

EN LA FUNCIÓN ESTÁ LA BELLEZA.

P.S.: Me permito proponer un Vida y obra III: Víctor Mira.

(io)

público -

¡gracias por la expresión "artistas excluyentes"!