Blogia
pepe-cerda

Noche en vela

Ayer estuve toda la noche intentando hacer un retrato que no quería salir. La cabeza aparecía y desaparecía una y otra vez ante mis ojos, y cuando quería atraparla ya no estaba, así una y mil veces, hasta el alba y la extenuación.
A veces se me acusa de ser poco trabajador, para después añadir: “si además, a ti no te cuesta nada”. Lo dicen, claro está, desde la profunda ignorancia, aparentemente docta, que ha dado la sociedad de las enciclopedias, los dominicales, los viajes de fin de curso y la televisión. Por eso se les debe perdonar. Pero mil veces me hubiera gustado abofetear al imbécil que dice que a mí no me cuesta nada. A mí, esto, me ha costado la vida, de entrada, y no conozco un esfuerzo mayor que el de intentar una, y mil veces, conseguir algo que se sueña, pero que no se sabe como se hace o se consigue.
Otra de las soberanas estupideces audibles por ahí es que eso de los retratos pintados es una cuestión de “técnica”. Por supuesto se refieren a la “técnica”, al “saber como”, como algo desdeñable, como si se estuviese haciendo trampas; ya que el verdadero artista lo primero que ha de hacer es librarse de las cadenas de la ortodoxia y el oficio.
Esta sociedad de majaderos con derecho a opinar doctamente, precisamente de lo que se desconoce ya me esta empezando a cargar. Por si a alguien le interesa van algunas aclaraciones:
-La fotografía no acabó con la pintura. (puedo desarrollarlo, pero me canso de explicar perogrulladas)
-Pintar un retrato, un buen retrato, es una cosa dificilísima, casi milagrosa. Y generalmente es una cosa distinta a eso que ofrecen en las tiendas de marcos de su barrio si se les lleva una foto.
-Haber visitado, con los moscosos y la mariconera, cinco o seis museos no le convierte a uno en un experto.
-Pintar, pintar bien o mal, da igual, es un tremendo trabajo, no un entretenimiento ni, mucho menos, un “don”.
-Cuando un cuadro parece pintado “a la primera”, o sin esfuerzo, no es más que un espejismo. La intensidad necesaria para “reducir” a pintura la realidad es enorme, por no hablar de la templanza de ánimo del autor, ni de los conocimientos acumulados para que eso ocurra.

2 comentarios

magno -

con dos cojones si segnor!

Rafa -

Interesante encontrarse con un colega del oficio. Un saludete. Mi blog es:
http://blogs.ya.com/cuadernoperdido/