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Del precio del dinero.

 

La película de Ingmar Bergman titulada “El huevo de la serpiente” está ambientada en el Berlin de entreguerras. En concreto en los años de la hiperinflación alemana. Para hacerse cargo de la situación de entonces una voz en off al principio de la película nos dice: “Berlin 1923, cuando un paquete de cigarrillos valía un millón de marcos…”.

Josep Pla en la entrevista televisada que le hizo en el programa televisivo “A fondo” Santiago Soler Serrano allá por el final de los setenta se ponía especialmente grave para advertir a los televidentes sobre la necesidad de mantener a toda costa el “precio del dinero”. Él vivió como corresponsal español en los años veinte en Berlín y fue testigo de los desastres de la hiperinflación que fue la verdadera causante del triunfo del nacismo y por ende de la segunda guerra mundial. Yo entonces, cuando vi la entrevista por vez primera, no entendía lo que significaba “el precio del dinero”, ni por qué aquél anciano, de sonrisa de fauno y mirada pícara durante la entrevista, mudaba el semblante abriendo mucho los ojos y abandonando la sonrisa para advertir levantando el dedo índice a los telespectadores:

“…es importantísimo que un país mantenga el precio de su moneda.”

En las últimas semanas hay un clamor generalizado exigiendo al Banco central Europeo que compre deuda de los países con dificultades. Sólo Angela Merkel, la presidenta alemana, se niega. No sé por cuanto tiempo podrá hacerlo. La quiebra (default, dicen que queda más fino y asusta menos) de media docena de países europeos, entre los que nos contamos, es inminente si no se inyecta dinero a espuertas para comprar la deuda que les dé la gana emitir. El problema es que ese dinero sólo se puede conseguir imprimiéndolo por lo que todo costara mucho más porque el dinero valdrá mucho menos.

Entre tanto el gobierno en funciones de España ha decidido indultar al directivo del Banco de Santander Alfredo Saénz.

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