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pepe-cerda

De los chicos y las chicas.

Del mismo modo que los bolcheviques no supieron muy bien qué hacer después del triunfo de la revolución nosotros tampoco sabemos muy bien qué hacer  después de la abolición de los roles sexuales.

Es algo que va mucho más allá del cupo zapateril, que va mucho más allá del feminismo y machismo clásicos. En realidad no sabemos que hacer ni como comportarnos en esta nueva situación. Nadie nos explicó nunca las reglas a seguir cuando se “conquistara” la igualdad.

Nuestra actual “igualdad”, la del cupo, es todavía muy revanchista, muy machista y muy feminista. Hay un montón de ejemplos: cuando nuestro presidente dice en un mitin: “¡...y que bien funcionan ellas!”, está diciendo que él está por encima para evaluar su buen o mal funcionamiento; cuando se habla de violencia de género se olvida qué la palabra género alberga lo femenino lo masculino y lo neutro; sin embargo se emplea sólo para referirse a la violencia del hombre a la mujer. ¿Han desaparecido de un plumazo las cónyuges  envenenadoras que tan famosas hizo el periódico “el Caso” del tardofranquismo?, ¿la maldad es intrínsecamente masculina?,¿ no hay violencia de género en sentido opuesto?, ¿no es el modo de tratar todo este asunto tan terrible un poco machista al extender subliminalmente la culpa a la innata testosterona masculina?.

A mi modo de ver creo que ya vale. Que una vez conseguida la igualdad legal debemos construir, es decir elevar a ley el modo de vivir natural de nuestra sociedad. Los hombres y las mujeres no serán nunca la misma cosa, jamás serán idénticos, afortunadamente, y habrá de llegar un día en que decir estas perogrulladas no sea considerado sexista por la pandilla de “progres carcas” que nos dicen lo que tenemos que opinar desde los partidos y sus voceros.Habrá que decir qué, para estos voceros, su razón de existir es el conflicto. Habrá que decir qué: del mismo modo que los bolcheviques tuvieron que dejar de matar a los burgueses que sabían escribir a máquina porque si no el estado revolucionario se autodestruía al no poder comunicarse entre sí, habrá que dejar de demonizar lo masculino y victimizar lo femenino desde los medios de comunicación para que hombres y mujeres nos podamos mirar como lo que somos: un par de monos vestidos mirándonos el uno en el otro. Habrá que decir qué hay asesinos y asesinas; santos y santas, tontos y tontas; listos y listas; maltratadores y maltratadoras, como desgraciadamente es natural, y lo ha venido siendo desde el principio de los tiempos. Habrá que decir qué no se es más asesino o maltratador por ser hombre o por ser mujer.Habrá que decir qué ese feminismo que nació para contrarrestar y luchar contra un machismo carca y reaccionario se ha convertido hoy en algo tan carca y reaccionario como el enemigo contra el que luchó. Habrá que decir qué ese feminsmo no representa a nadie hoy salvo a la impresentable de Carmele Marchante.

Habra que decir, por último, la madre de todas las perogrulladas: Que lo masculino y lo femenino existen para que la vida, o lo que es lo mismo el amor, exista en ellos.

1 comentario

Gatopardo -

Quizás sí.Si lo femenino y lo masculino no fuera otra faceta más de nuestra impostura...