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pepe-cerda

De lo que fue y lo que és.

Nada de lo que fue existe. Sin embargo nuestro pasado condiciona todas las decisiones que creemos tomar en libertad. A esta cualidad humana suelen llamarla "experiencia" pero en realidad se trata de "escarmiento", que para nada sirve, pero por lo que pagan más cuando ofrecen un trabajo.

Imprescindible: experiencia, rezan los anuncios por palabras de los periódicos. Como si supieran lo que quieren, como si supieran lo que ofrecen.

Como en las reuniones de ex alumnos veinticinco años después en las que nadie és quien era. El que era sólo existe ya en nuestra memoria. Sólo la conmiseración hace posible que no se estalle en carcajadas al ver al guapo y cachas de la clase, al que se ligó a la mujer de tus sueños, convertido en el calvo, gordo y barrigón de hoy. Tantos años odiándole en secreto para esto, para tan poca cosa.

Como en la cultura libresca en la que todo lo que emociona ni siquiera ha pasado, sólo ha sido inventado por un pajillero de imaginación delirante para ser alguien conmoviendo a modistas.

Como si fuésemos algo parecido a lo que fuimos cuando aterrados por nuestro futuro vestíamos el ajustado traje de nuestro cuerpo de veinte años; cuando ellas nos desdeñaban por nuestra falta de experiencia y de dinero.

2 comentarios

jose antonio -

Te dejo aquí la foto del otro día.
http://farm3.static.flickr.com/2215/1544784010_0a13d05e99_b.jpg

un saludo

Liza Luna -

Siento que sé de lo que hablas porque hace poco vi, después de muchos años, a mis ex-compañeras de clase.

Fue como encontrarme en un pasado multiplicado, cada una elevada a una potencia impensable.

Las que eran superficiales han alcanzado el cénit con bótox y Carolina Herrera, las que eran cobardes han encontrado su guarida en un chalet con guardia de seguridad y piscina, las que habían probado los porros con doce años,ahora consumen drogas por encargo a su camello particular y conocen dos o tres clínicas de desintoxicación... las que íbamos por libre y no éramos nada, seguimos excluidas e ignoradas... y eso es lo único bueno de aquel reencuentro, seguir siendo la espectadora de la última fila.
Liza Luna