Conversación
Estoy en Zaragoza. Hace unos días que volví. En Basilea discutí largo y tendido sobre la crisis mundial con Walter. Walter es un tipo sensible y de una especialísima finura de juicio. No dice nada que no haya reflexionado suficientemente. Además, la opinión de una crisis cuyo origen ha sido bancario expresada por un suizo, habitante del país bancario por antonomasia, es para mí especialmente relevante.
Recuerdo que me dijo:
- Una cantidad muy estimable de los bancos del mundo quebraron hace un par de años. Que un banco quiebre significa que todas las personas, empresas e instituciones que hayan depositado su dinero en él lo pierdan inmediatamente. Por esto los gobiernos inyectaron unas cantidades enormes de dinero en los bancos. No había otra opción. Pero como los gobiernos no disponían de esas cantidades se las pidieron prestadas a los mismos bancos quebrados que iban a ayudar. Lógicamente los bancos les prestaron el dinero con el interés correspondiente y exigiendo avales. Les prestaron por la mañana lo que recibieron por la tarde. Así la deuda se diluyo y se impidió la quiebra.
Bebió un poco de vino y continuó.
- No quebraron los bancos, pero llevaron cerca de la quiebra a los estados. En estos dos últimos años se ha intentado desde los gobiernos relanzar la economía para pagar el pufo con los superavit resultantes del crecimiento y así los ciudadanos casi ni se enterarían. Pero la cosa no ha hecho sino empeorar y ahora los ciudadanos tienen que aceptar ser mucho más pobres para que los estados puedan pagar la deuda que se agravó precisamente para impedir la quiebra del sistema financiero.
Yo acerté a preguntarle:
- ¿Pero no deberían estar en la cárcel los responsables del sistema bancario mundial?. O, como mínimo despedidos.
Y él me respondió.
- Uno de los últimos presidentes del banco mundial dirige una caja de ahorros en tu país. Y no parece estar muy preocupado.
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CB_OSCURO -