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pepe-cerda

Viaje a otro mundo

Ayer estuve en Francia, en Urdós, en el Valle del Aspe, en la Francia colindante con Aragón, nuestros vecinos de arriba.

Es incomprensible para mí el poder que siguen ejerciendo las fronteras y la televisión trabajando al unísono para conseguir que una raya imaginaria separe dos mundos de un modo tan tajante, tan definitivo.

Ahora se pasa por un túnel, el del Somport, y queda muy cinematográfico, como de túnel del tiempo. Se deja España plagada de promociones urbanísticas que recrean lo que el imaginario Madrileño, o el arquitecto de turno, o la normativa de la comarca, entiende por poblados pirenaicos: con su piedra “caravista” versión “Exin-castillos”, con sus contraventanas de PVC, con sus parkings  y el letrero de la urbanización en forja artística...Se penetra en el túnel, claustrofóbico y monótono,  y se renace en otro mundo, en otro país, en otra lengua, en otro tiempo. Sí, en otro tiempo, o por lo menos en la impresión de tiempo detenido que produce que en los pueblos del otro lado nada haya cambiado desde que yo los conozco, y va ya para treinta años desde que pasé, excitado y expectante, la frontera por vez primera.

3 comentarios

César Pasadas -

Mi querido Pepe...
Al otro lado de los Pirineos poco o nada ha cambiado, tienes toda la razón. Pero el preguntarse por qué no tiene sentido, ya que es descaradamente obvio el hecho de que por muy "choministas" que sean, por muy centralistas sus administradores y por muy francesa que sea Francia, un buen entramado de profesionales geógrafos al servicio de la República ha estructurado el territorio de manera que la especulación del suelo era en toda medida absurda. Aquí, (España), para que los legisladores conservadores de la época pudieran sobrevivir 8 años en Moncloa, tuvieron que inventarse que el "suelo" de nuestras fronteras se estaba acabando y que había que comprarlo todo rápidamente, que para eso nos rebajarían el precio del dinero, de los préstamos... y españoles y picaresca como van juntos de la mano, todos a comprar, todos a especular, que nos vamos a hacer ricos, que tendremos Audi 4, Volkswagen Touareg, etc... Y así fué que nos endeudamos hasta el cuello y entonces nos pusimos a reclamar un gobierno de izquierdas que nos aliviase de nuestra mala cabeza... y claro, ahora sólo compran los de siempre, los ricos... y los que no podemos, tenemos la excusa de que el Pirineo ya no es lo que era, que todo está masificado,...qué horrible, cuánto ladrillo.
En ningun país del mundo hay una cultura de la segunda, tercera y cuarta residencia como en el nuestro. Normalmente, la gente se da tortas por conseguir una primera vivienda, que en definitiva es lo que pasará de aquí a cuatro dias, porque no todo el mundo tiene propiedades para heredar, y aun que las tenga, hoy los padres duran mucho, verdad...! A lo peor, tendremos que infectar el Pirineo francés que es más barato, como ya está pasando en la cerdanya francesa o el país vasco-francés desde hace unos años...

Anónimo -

Comparto esa distinta percepción en el lado francés. Huele y sabe bien diferente.

¿Qué quedará en el Pirineo aragonés para nuestros hijos, nietos, ...?.

Quizá sea un esqueleto testimonio de la sinrazón.

Un saludo.

Luisa -

Vértigo.
Hacia un lado y hacia otro.